Timor Oriental
Leo espantado que las milicias proindonesias han asesinado impunemente, una vez echados los molestos testigos occidentales, los periodistas, a más de 120 personas. De nuevo la cíclica barbarie ha aparecido. En Bosnia se necesitaron unos años y decenas de miles de muertos para intervenir. En Kosovo, igual. Pero quizá, con la lógica infame de la dinámica internacional, la intervención de la ONU en el primer caso, y de la OTAN en el segundo, fue tarde pero existió debido a la cercanía geográfica: la tan manida e incómoda "muerte próxima". Para responder a cuándo se intervendrá en Timor hay dos variables: depende del número de muertos que nuestros políticos sean capaces de soportar (que son muchos, ya lo sabemos) y del tiempo que duren machetazos, asesinatos y apaleamientos en televisión. Y ahora ya no hay televisión allí. No sabemos cuál es el cupo de barbarie asignado esta vez para Timor.- .