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Una pantalla de árboles

Las autopistas de peaje madrileñas tendrán el aspecto de un gran parque lineal a juzgar por la adecuación que se ha realizado de los trazados. Se ha diseñado una banda de ocupación del viario de 160 metros de anchura, de los cuales sólo 60 metros corresponden a las calzadas y los 100 restantes serán dos franjas arbóreas paralelas a la calzada que harán de pantallas acústicas. En la M-50 Oeste, en aquellas zonas en las que sea técnicamente posible, el trazado discurrirá en trinchera a fin de disminuir tanto el efecto del ruido como el impacto visual.

Además, para reducir el impacto de la R-5 sobre el Parque Arroyo Butarque se ha desplazado el trazado de la autopista hacia el noroeste de forma que cruza sobre el arroyo por el mismo lugar que la M-411.

Más información
Los concesionarios del nuevo peaje cobrarán 10 pesetas por kilómetro

Asimismo, para evitar el impacto visual de la R-5 y minimizar el "efecto barrera" entre el barrio de la Fortuna y el núcleo urbano de Leganés, se deprime el alzado entre el cruce con el arroyo Butarque y el cruce con la carretera M-406. Para ello, la autopista atraviesa bajo del ferrocarril militar.

En la R-3 se ha proyectado un falso túnel para cruzar la Cañada Real y se ha creado además un único pasillo viario para dejar hueco a la autopista y la línea de Alta Velocidad Madrid-Zaragoza-Barcelona.

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