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La Comisión de Patrimonio nunca avaló el derribo de 'La Pagoda'

La demolición de La Pagoda, obra del reconocido arquitecto Miguel Fisac, nunca fue avalada por la Comisión de Patrimonio, un organismo formado por 10 técnicos del Ayuntamiento y de la Comunidad. En el acta de la sesión celebrada por este organismo los días 15 y 16 de junio, el asunto relativo a la calle de Josefa Varcárcel, 30 (donde se erige la torre estrellada de Fisac), figura como "retirado". Según declaró ayer a EL PAÍS uno de los siete vocales de esta comisión, "retirado significa retirado del orden del día, esto quiere decir que no se tomó ninguna decisión, porque no había suficiente documentación o por cualquier otra razón". Otros tres vocales ofrecieron esta misma explicación. Los consejeros de Educación, Gustavo Villapalos, y de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, recibieron ayer información de sus vocales en la Comisión de Patrimonio en el siguiente sentido: "La comisión no se pronunció, ya que en su última reunión se retiró el asunto del orden del día sin adoptar ninguna solución".

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Sin embargo, el gerente municipal de Urbanismo, Luis Armada, asegura que la palabra "retirado" significa que "la comisión rechazó catalogar el edificio". Armada, que no participó en esa sesión de la Comisión de Patrimonio, de la que es vicepresidente, afirmó que "en la reunión se llegó a un consenso general" sobre el derribo de la torre. Cuatro vocales de este organismo consultados ayer por EL PAÍS declararon lo contrario.

Protesta de arquitectos

El Gobierno regional afirma que habría salvado 'La Pagoda' si se "hubiera enterado antes"

Así zanjó Armada una cuestión que ha desatado una oleada de críticas de numerosos arquitectos madrileños que hoy se manifestarán al mediodía frente a lo que queda de la obra de Fisac junto a la carretera de Barcelona para protestar contra lo que consideran "un atentado cultural".El principio del fin de una de las obras más emblemáticas de Fisac comenzó hace casi un año.El grupo inmobiliario Lar, propietario de La Pagoda, encargó en septiembre del año pasado el proyecto de reforma para transformar los laboratorios Jorba en un edificio de oficinas al estudio valenciano de arquitectura de Juan Añón.

El proyecto de Añón mantenía la torre y pretendía construir las oficinas en un solar situado junto a La Pagoda, donde se encuentran los laboratorios farmacéuticos y los almacenes. "El edificio no cumplía con la normativa antiincendio, y reformarlo hubiera significado desvirtuar el proyecto de Fisac", explicó ayer el arquitecto Añón. El Ayuntamiento rechazó el proyecto porque temía crear un precedente al permitir aprovechar los metros cuadrados edificables de La Pagoda en otra superficie contigua. "Hubo una falta de voluntad de ver más allá de la normativa", opinó Añón, cuya versión coincide con la que el mismo Fisac ofreció el martes. "Además, no creo que haya muchos edificios como el de Fisac que puedan crear precedentes", agregó este arquitecto.

Si el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Luis Eduardo Cortés, del PP, hubiera conocido las inquietudes de Añón, La Pagoda seguiría hoy en pie. Cortés aseguró ayer que, aunque no existe respaldo legal para impedir la demolición de La Pagoda de Miguel Fisac, el Gobierno regional habría parado el derribo "si se hubiese enterado antes".

Esta afirmación fue puesta en cuestión por el concejal de Urbanismo de Madrid, Ignacio del Río, de su mismo partido, según el cual la Comunidad estuvo representada tanto en el comité que revisó el catálogo de edificios protegidos (que no incluye la obra de Fisac) como en la comisión de Patrimonio a la que se informó del posible derribo.

"Tres días antes y la salvamos", había proclamado por la mañana Cortés, quien lamentó que periodistas, Ayuntamiento y Comunidad se hubiesen enterado tan tarde del "triste suceso". "Cuando ayer lo supe, me planteé ir allí y hacer algo, pero vi que el edificio estaba ya medio derruido y me di cuenta de que era tarde", comentó el vicepresidente Cortés.

La versión del gobierno municipal es bien distinta. Su concejal de Urbanismo y tercer teniente de alcalde asegura que la no inclusión de la obra de Fisac en el catálogo de edificios protegidos tuvo lugar "tras un procedimiento de definición exhaustivo en el que participó activamente la Comunidad". Dicho catálogo fue revisado por arquitectos relevantes y dos representantes del Gobierno regional, uno de la Dirección General de Vivienda y Arquitectura (dependiente de la Consejería de Obras Públicas y Urbanismo) y otro de la Dirección General de Patrimonio (dentro de la Consejería de Educación y Cultura).

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