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CICLISMO Tour

¿Dejamos ganar a Bourguignon?

Hein Verbruggen, presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), volvió al Tour con la intención de abortar la polémica. La prensa francesa, casi en su totalidad, ha decidido declarar bajo sospecha a los protagonistas de este Tour, siguiendo un criterio que ha indignado al resto del pelotón, que no entiende esta mezcla de periodismo de campaña y nacionalismo: los ciclistas franceses no destacan porque están limpios y el botín se lo reparten Armstrong, españoles e italianos, que por extensión son doblemente sospechosos. ¿Por qué no gana una etapa un corredor francés?, le preguntaron a Verbruggen, quien contestó: "Tampoco han ganado una etapa los corredores holandeses". El ciclismo francés no gana un Tour desde 1985, pero ha decidido dar una explicación a esta mala racha."Los franceses se han dispuesto para dar lecciones al mundo, y creo que se han equivocado", dijo ayer Verbruggen a este periódico. "Lo que no han entendido es que un control de salud no es lo mismo que un control antidopaje, no hay parámetros en sus controles de salud que permitan deducir que un ciclista ha hecho trampa. Pero han sacado esa conclusión y es lo más estúpido que se puede hacer. Es una lástima, porque han separado al propio pelotón francés, porque Bassons (el ciclista que se ha retirado, según él porque el pelotón le había dejado de lado en su cruzada contra el dopaje) no puede ir diciendo que él es un corredor limpio y que los demás son sospechosos". El propio Jean Marie Leblanc, director del Tour, tuvo que salir al paso de las proporciones que estaba adquiriendo la retirada de Bassons, convertido por una parte de la prensa francesa en el gran protagonista de la carrera. "No creo que sea un mártir, más bien me ha parecido un asunto de mercadotecnia". Basson nunca había conocido tanta fama ni se había prodigado tanto en entrevistas como ahora. Imágenes de Bassons haciendo las maletas, entrevistas con su madre, y unas palabras del corredor en la televisión francesa que han dejado de piedra a los demás, cerraron su presencia en el Tour. Bassons, a la hora de contarlo todo, dijo en público que su director (Marc Madiot, de La Francaise des Jeux) había llegado el otro día borracho al hotel a las tres de la madrugada.

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Los directores deportivos tratan de guardarse su indignación ante lo que está pasando: españoles, italianos, pero también franceses, y, por supuesto, el director del US Postal, Johan Bruyneel, que prefiere no hablar por el momento para preservar a Lance Amstrong de la polémica. Manolo Saiz, sin embargo, no pudo morderse ayer la lengua: "Es una pena lo que está pasando. Los ciclistas franceses han encontrado una excusa con esta campaña y sufren menos que los demás. En lugar de sufrir al 100%, lo hacen al 60%, porque saben que la prensa va a justificar sus derrotas. Lo que le pasa a la prensa francesa es que no afronta los problemas. El ciclismo francés tiene un problema muy grave en su base y en la automedicación de sus corredores".

La sospecha es gratuita, pero no tiene fin. Los sucios ganan, los limpios pierden y el más limpio de todos, Bassons, ha sido expulsado del pelotón en el supuesto cumplimiento de las leyes de la mafia. "¿Tendremos que dejar ganar a Bourguignon?", decía ayer con ironía un director. Bourguignon es un ciclista francés del Bigmat, un hombre extravertido que se prodiga mucho en televisión con sus bromas, un hombre limpio según la prensa francesa. Pero Bourguignon tampoco se sintió muy a gusto con los comentarios de Bassons.

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