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Viena rinde un homenaje a la estrella de cine e inventora científica Hedy Lamarr

La actriz "más bella del mundo" ideó un mecanismo para las telecomunicaciones militares

Con un proyecto multimediático, el Kunsthalle de Viena rinde homenaje a Hedy Lamarr y destaca el importante papel que desempeñó como inventora en las telecomunicaciones, un capítulo casi desconocido de la hermosa diva del Hollywood de antaño, que pasó a la historia como la primera mujer que apareció completamente desnuda en el cine. La actriz austriaca, que ahora tiene 85 años y vive en Florida (EE UU), inventó un mecanismo que permitía garantizar el control remoto de las armas militares y que hoy se aplica a la telefonía móvil.

Decir que no existirían los teléfonos inalámbricos si no fuera gracias a la mujer más bella del mundo es una exageración, pero no se aleja del todo de la realidad. La acrtiz oriunda de Viena Hedy Lamarr, que hoy, a sus 85 años, vive retirada en Florida, fue efectivamente llamada en Hollywood "la más bella", y también es cierto que a ella se debe el invento de un mecanismo para garantizar el control remoto de armas militares sin interferencias, el mismo que hoy sirve para la comunicación de teléfonos móviles. El proyecto, que ha sido desarrollado en una página web de Internet (www.http://hedylamarr.at), fue lanzado la semana pasada con una retrospectiva cinematográfica y una muestra en la Kunsthalle de Viena, que resume la vida de la polifacética actriz.

Música y torpedos

En los años cuarenta, durante la II Guerra Mundial, a la emigrante austriaca Lammar y a su amigo George Antheil, compositor de música de vanguardia, se les ocurrió en Estados Unidos que, para impedir sabotajes de los enemigos en el sistema de torpedos teledirigidos, era necesario que las señales de transmisión fuesen saltando entre las frecuencias del espectro electromagnético (frequency hopping). El "sistema de comunicación secreta" se inspiró en un principio musical, funcionaba con 88 frecuencias equivalentes a las teclas del piano. En 1942 la actriz y el músico entregaron la patente a las Fuerzas Armadas de EEUU, pero éstas no llegaron a utilizarlo durante la guerra. El invento entró en funcionamiento por primera vez en la ofensiva militar de EEUU durante la crisis de Cuba, luego pasó a servir de base para el sistema norteamericano de defensa por satélite (Milstar) y, por último, con el auge de la técnica digital, ha sido aplicado para uso civil en la telecomunicación. Lamarr tiene otros inventos no patentados, como ideas para la construcción de aviones, un collar fluorescente para perros o una técnica para alisar el cutis. Según el hijo de la actriz, Anthony Loder, que estuvo presente en la inauguración de la exposición, su madre fue más importante como inventora que como estrella de cine. Lamarr actuó en Hollywood en más de dos docenas de películas, junto a otros grandes como Clark Gable, Spencer Tracy, James Stewart y Judy Garland, pero no atinó en seleccionar sus papeles. Rechazó, por ejemplo, el papel protagonista en Casablanca. En su repertorio se destaca su figura de mujer exótica en Sansón y Dalila, y también se recuerda Éxtasis, una producción alemano-checa donde la protagonista, de 17 años, entonces todavía llamada Hedwig Kiesler, aparecía totalmente desnuda y en un primer plano en éxtasis sexual.

Hija de un banquero y una pianista de ascendencia judía, estaba casada con el austriaco Fritz Mandl, uno de los mayores fabricantes de municiones que había armado al ejército de Mussolini en la guerra de Abisinia y hacía negocios también con los nazis. A su lado, Hedy Lamarr aprendió algunos de los pormenores de la tecnología militar que luego le resultaron muy útiles. Acabó separándose y emigrando a EEUU en 1937, convertida en ferviente antinazi.

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