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La economía de EE UU vuelve a crecer con vigor en el primer trimestre

La economía de Estados Unidos entró en 1999 con un vigor que no auguraban ni las más optimistas previsiones. La cifra de un ritmo de crecimiento del PIB de un 4,5% en el primer trimestre de este año, facilitada ayer en Washington por el Departamento de Comercio, superó ampliamente el 3,3% que se esperaba y provocó una nueva oleada de euforia en los agentes económicos. Sólo una nueva caída de las exportaciones, que sigue ampliando el déficit comercial del país norteamericano, impidió que el crecimiento fuera aún más espectacular.

El consumo, alentado por una visión optimista de los estadounidenses que ni tan siquiera la guerra de Kosovo ha empañado, tiró con fuerza de la primera economía del planeta en los tres primeros meses de este año.Los gastos de consumo subieron en ese periodo un 6,7%, el porcentaje más alto en 11 años y superior incluso al 6% registrado en el último trimestre de 1998. De ese incremento de los gastos de los particulares se resintió la tasa de ahorro, que bajó un 0,5% en el primer trimestre.

Estados Unidos está sumergido en plena fiebre consumista. Los establecimientos comerciales y las páginas de Internet, donde pueden comprarse no sólo libros y discos, sino también coches, ropa y píldoras de Viagra, están sobrecargados de una población que, según todas las encuestas, está convencida de que la prosperidad que ya dura ocho años va a continuar mucho más. Y los economistas debaten intensamente sobre el efecto de la revolución informática en este largo ciclo de crecimiento y creación de empleo combinados con baja inflación.

"No hay razones para extrañarse, tenemos gran productividad, presiones salariales mínimas y una extraordinaria demanda", dijo ayer David Resler, jefe de los analistas de una firma de Nueva York, al comentar los datos del Departamento de Comercio. "El crecimiento del primer trimestre", añadió, "podría haber sido aún mayor, próximo al 7%, si no pesaran en contra los problemas internacionales". Las crisis financieras en Asia, Latinoamérica y Rusia no han llegado a desacelerar el crecimiento de EEUU, pero han afectado a su sector exportador. Más caros, sus productos se venden menos en el extranjero, lo que, combinado con el alto consumo doméstico, ahonda el déficit comercial.

Mercado inmobiliario

El Departamento de Comercio puso ayer el acento en la prosperidad del mercado inmobiliario. Los vendedores de viviendas usadas están cosechando unos 150.000 millones de dólares anuales (23,25 billones de pesetas), que canalizan hacia la compra de coches y segundas viviendas y hacia viajes turísticos. Pero los datos difundidos ayer reflejan también que los ciudadanos de este país están endeudándose aún más para poder seguir comprando. La tasa de ahorro bajó un 0,5%, lo que representa el peor resultado de este indicador desde su creación, en 1946.

Los datos de ayer provocaron inquietudes en algunos sectores, que auguraron que se incrementarán las tensiones inflacionistas y empujarán a la Reserva Federal en la dirección de una subida de los tipos oficiales de interés. Ello reabrió las inquietudes del mercado de bonos de Wall Street.

El índice de inflación del primer trimestre fue del 1,4%, cuando se esperaba un 0,8%, que fue el porcentaje del último trimestre de 1998. Pero algunos analistas, como Richard Rippe, de Prudential Securities, señalaron que el 1,4% es "todavía un nivel bajo, por lo que no hay razones para alarmarse".

Una primera reacción a los resultados de la economía estadounidense en el primer trimestre fue un nuevo fortalecimiento del dólar frente al euro, la divisa de un conjunto económico con mediano crecimiento y afectado en mayor medida por las preocupaciones derivadas de la guerra de Kosovo. El euro valía ayer 1,0563 dólares, el mínimo histórico. Aunque en menor medida, la divisa estadounidense también se apreció frente al yen japonés.

La economía del país norteamericano creció un 6% en el último trimestre del pasado año, lo que situó el incremento anual en el 4%. Según las previsiones de la Reserva Federal anunciadas a finales de febrero en el Senado por su presidente, Alan Greenspan, el producto interior bruto de EE UU puede crecer este año entre el 2,5% y el 3% -un retroceso respecto a 1998-, con una inflación situada entre el 2% y el 2,5% -un ascenso en relación con el 1,5% del pasado año-. El desempleo se situaría entre el 4,25% y el 4,5%, su nivel actual, el más bajo de los últimos 29 años.

La Bolsa de Nueva York reflejó el optimismo generalizado con importantes subidas nada más abrirse la sesión, aunque al cierre de la misma parecía imponerse el temor a la inflación y el índice Dow Jones había retrocedía 89,30 puntos (0,82%), para quedar en 10.789. Hasta el presidente del país, Bill Clinton, se hizo eco de las buenas nuevas económicas y en un comunicado de la Casa Blanca destacó que la expansión continúa de forma "sostenida y fuerte".

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