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Embarazadas sí, pero por turnos

Las mujeres de un taller textil en Sicilia se programan para parir por turnos y no perturbar la producción

Embarazadas sí, pero no todas a la vez. A esta conclusión han llegado, espontáneamente, las 32 trabajadoras de un taller textil de Riesi en la Sicilia profunda. La mayoría quieren ser madres, pero tampoco desean que su maternidad merme la producción de su empresa, Confezioni Sima, con la que subcontrata la multinacional Benetton.La mayoría de las trabajadoras tienen entre 20 y 27 años y, ahora que son asalariadas y tienen unos ingresos garantizados, piensan en casarse -sus novios están con frecuencia en paro o son contratados a tiempo parcial- y en tener hijos.

Por ahora, una sola de las operarias está embarazada, pero otras tres contraerán matrimonio entre julio y septiembre, y otras muchas tienen novios formales. Durante la pausa del mediodía o al final de la jornada laboral han discutido entre ellas de sus planes y han llegado a la conclusión de que muchas de ellas podrían estar embarazadas simultáneamente. Para evitar que coincidan las bajas por maternidad han decidido tratar de quedarse encinta por turnos.

"No somos estajanovistas empedernidas, pero no quisiéramos que diez de nosotras fueran al mismo tiempo madres porque eso implicaría una desorganización de la producción y, por tanto, un riesgo", explica Tiziana Capostagno, soltera de 31 años, jefa del taller y sobrina del dueño. Éste, Pietro Capizzi, de 52 años, regresó a su tierra natal hace dos años e invirtió sus ahorros en crear tres talleres en Caltanissetta, una de las zonas más deprimidas de Sicilia. El de Riesi es el más pequeño.

Tiziana Capostagno se apresura en precisar que de la dirección "de la empresa no ha surgido ninguna presión y el proyecto ha madurado entre las chicas cuando hablaban de su futuro". "No pretendemos ni siquiera programar de forma rígida los nacimientos, sino que queremos conservar el puesto de trabajo y salvaguardar nuestra vida personal". Capostagno reconoce así implícitamente que, si varias mozas se ausentan a la vez, su permanencia en la empresa podría peligrar.

De ahí a que surjan dudas sobre la espontaneidad de su iniciativa sólo hay un paso que los sindicatos no han dudado en dar provocando una gran polémica. De "vergonzoso" tachó el acuerdo alcanzado entre las trabajadoras Renzo Bellini, secretario general del sindicato del textil de la CISL, una de las grandes confederaciones sindicales italianas. "Una vez más, las mujeres pagan el precio de la carencia de empleo en el Mezzogiorno", añade.

Algo más matizada, Giovanna Marano, secretaria regional de la otra gran central sindical, la CGIL, anunció que irá a visitar a las trabajadoras para aclarar lo sucedido. "Nos aseguraremos de que la maternidad no será utilizada como una mercancía a intercambiar", afirma. "Estamos convencidos de que las exigencias de la producción no deben repercutir sobre el derecho inalienable a la maternidad, cuya función social es además indiscutible". Confiesa temer que los turnos acordados "obedezcan a una imposición del empresario".

Sólo una voz se ha atrevido a defender a las trabajadoras. Fue la de Valeria Ajovalasti, presidenta de la asociación de mujeres Arcidonne, quien se preguntó "por qué no podía tratarse de la libre elección de empleadas que compaginan su trabajo y su deseo de ser madres".

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