"Todo indica que el aprendizaje social modifica las conexiones neuronales"

El tema no es en absoluto novedoso pero cada vez surgen más indicios que apuntan en la misma dirección: el aprendizaje induce modificaciones en las conexiones neuronales, las sinapsis. A su vez, el patrón de estas conexiones determina el comportamiento del individuo.Tal aseveración, puesta en evidencia sobre todo en aves cantoras y extrapolable a humanos, permite establecer, según Juan Delius, psicobiólogo en la Universidad de Constanza (Alemania), analogías entre genes y memes (unidades básicas de transmisión cultural) o, lo que es lo mismo, entre evolución biológica y evolución cultural. Delius, quien participó recientemente en una jornada organizada por el Museo de la Ciencia de Barcelona, sostiene que la "clara relación" entre ambos tipos de evolución permite describir de forma "altamente racional" lo que se entiende como cultura.

Pregunta. La transmisión de memes no sólo se da entre humanos sino que es extensible a distintas formas animales.

Respuesta. En efecto, hasta los años cincuenta se consideraba que el proceso de evolución cultural se daba sólo en humanos. Pero hoy está ampliamente aceptado que existen protoculturas animales. El ejemplo clásico es el de las aves cantoras. La mayor parte de las 4.500 especies que se conocen presentan formas protoculturales relacionadas con sus cantos. En el caso del pinzón, por ejemplo, se sabe que almacena los cantos de su padre en la memoria auditiva y que sólo cuando se independiza empieza a producir sonidos. Por un método de ensayo y error acaba reproduciendo el canto del padre y un poco el de los vecinos. Se considera que la transmisión se ha producido en este caso por aprendizaje social, un mecanismo de imitación que no es transmitido genéticamente.

P. ¿El canto en las aves no forma parte de la herencia genética?

R. Hemos visto en estas aves y en parientes próximos que desarrollan una protocultura que forma dialectos. Es decir, pinzones de distintos lugares no cantan exactamente lo mismo. Si cambiásemos los huevos de lugar, los pinzones acabarían reproduciendo los cantos de los padres adoptivos y no los de los biológicos. Por tanto, no es un canto innato.

P. Luego, por extensión, cultura sería aquello que alguien, animal o humano, puede transmitir por vías no genéticas.

P. Sí, pero primero debe aprenderlo y, en este caso, el aprendizaje individual no cuenta. Si otro no tiene la oportunidad de aprender aquéllo que yo he aprendido, eso no es cultura. Cuando lo transmito, se convierte en elemento de cultura.

P. Antes habló de analogías. ¿Existe una conexión entre meme y gen?

R. Sabemos cuáles son las bases materiales de los genes. Los memes son algo más abstracto. Pero todo indica que el aprendizaje social modifica el patrón de conexiones neuronales, o sinapsis. Se deduce entonces que cuando uno aprende algo y luego lo transmite, está modificando las sinapsis en el cerebro del receptor. P. ¿El aprendizaje de un meme equivale por tanto a una nueva sinapsis?

R. No. El aprendizaje de algo, por elemental que sea, involucra muchas sinapsis. Un meme equivale a una configuración de sinapsis activadas que contienen la información de algún elemento, algún rasgo cultural.

P. Si un gen codifica una proteína, ¿un meme codifica un qué?

R. Un ensamblaje de sinapsis determina un comportamiento. No hay que confundir estos comportamientos transmitidos culturalmente, por los memes, con los comportamientos innatos transmitidos por los genes.

P. ¿Hasta qué punto los memes, en tanto que conexiones neuronales, condicionan la capacidad cerebral?

R. Hay un límite físico para el aprendizaje social marcado por la capacidad cerebral. En aves cantoras hemos visto que la escasez de neuronas para los memes del canto provoca un reemplazo de células, algo que no ocurre en mamíferos. Cada primavera hay un recambio neuronal que proporciona renovada capacidad para aprender nuevos cantos, nuevos memes.

P. ¿La evolución cultural está vinculada a la evolución biológica?

R. El aprendizaje precisa de una capacidad cerebral amplia. En ese sentido, la evolución biológica tiene que posibilitar la evolución cultural. El aumento de la capacidad cerebral ha posibilitado que se establezcan rasgos culturales en la memoria. Y al revés, los cambios sinápticos que se dan con el aprendizaje precisan de la acción de los genes, puesto que se ha comprobado que implican cambios de proteínas, que a su vez implican cambios de actividad de los genes. Además, en los humanos, la cultura puede afectar a la evolución: así ocurre con los avances médicos o la anticoncepción.