Los conservadores aúpan a los cardenales Rouco y Carles a la dirección de la Iglesia
Los candidatos derrotados Fernando Sebastián y Elías Yanes, elegidos para el comité ejecutivo
No hubo sorpresas porque Roma muestra su poder cada día con más resolución. La autoridad de la Santa Sede y del sector conservador de la Iglesia se escenificó ayer por partida doble, en la Conferencia Episcopal, con la elección de los dos únicos cardenales con sede arzobispal en España: Antonio María Rouco, de 62 años, presidente, y Ricard Maria Carles, de 72, vicepresidente. A Rouco le votaron 44 de los 80 obispos presentes (55%), y el triunfo del segundo fue más abultado: el 59%. Ambos derrotaron a Fernando Sebastián, que tuvo 26 votos para la presidencia y 18 para la vicepresidencia.
Rouco no consiguió la mayoría absoluta necesaria en la primera votación y tuvo que esperar a la segunda vuelta para salir elegido. Eran las 11.15. A las 12.40, en la votación del vicepresidente, los obispos se pusieron de acuerdo a la primera en que el cargo era para Carles. Han sido elegidos para el próximo trienio; es decir, hasta el año 2002.El arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes, que por mandato estatutario necesitaba los dos tercios de los sufragios para salir reelegido presidente en un tercer trienio, fue descartado en las votaciones de tanteo. Pero Yanes percibió poco más tarde el apoyo con que todavía cuenta entre los 83 prelados con derecho a voto al salir designado, minutos más tarde, por mayoría absoluta, como uno de los cuatro miembros de elección para el poderoso comité ejecutivo de la Conferencia.
En las largas votaciones vespertinas también fue elegido Fernando Sebastián, que resultó así parcialmente compensado de su derrota para la presidencia y la vicepresidencia. Gabino Díaz Merchán (Oviedo) y Juan María Uriarte (Zamora) fueron asimismo elegidos como miembros del comité, además de los que ya lo son por su cargo: Rouco, Carles y el secretario general, Juan José Asenjo, obispo auxiliar de Toledo, cuyo mandato no estaba sometido a renovación.
La buena votación de Yanes durante los sondeos (de haberle bastado la mayoría, el arzobispo de Zaragoza probablemente habría logrado su tercer mandato) hizo creer a media mañana que Fernando Sebastián saldría elegido como presidente si sumaba los apoyos de Yanes a los suyos naturales.
Pero a este teólogo claretiano de gran prestigio intelectual y fuerte carácter, que fue rector de la Universidad Pontificia de Salamanca con Rouco como vicerrector, le ha podido costar el cargo su movilidad ideológica: los progresistas que le auparon tres veces a la secretaría general durante la presidencia del taranconiano Gabino Díaz Merchán, en la década de los setenta, y en otras dos ocasiones a la vicepresidencia, en los últimos seis años, no le han perdonado sus coqueteos conservadores durante una parte del mandato del cardenal Ángel Suquía, a finales de los ochenta.
El arzobispo de Madrid, Rouco, y el arzobispo de Barcelona, Carles, son los dos únicos cardenales en activo con sede arzobispal en España. Rouco es gallego, pertenece al colegio cardenalicio desde hace un año y acompañó al Papa en su reciente viaje a Cuba. Fue ordenado sacerdote a los 23 años y nombrado arzobispo de Santiago de Compostela a los 48. La última parte de su brillante carrera eclesiástica la ha desarrollado a la sombra de Suquía, al que sucedió en los arzobispados de Santiago y Madrid e incluso en el cardenalato.
Carles es valenciano, tiene unas relaciones frías con el nacionalismo catalán y fue nombrado cardenal por Juan Pablo II en 1994. Ya aspiró a la presidencia de la Conferencia Episcopal Española hace seis años, cuando fue vencido por Yanes. Se supo entonces que gran parte de los obispos catalanes no respaldaron su candidatura.
Como arzobispo de Barcelona, no tiene a su cargo ninguna provincia eclesiástica, sino que depende directamente de Roma, al igual que el arzobispo castrense, José Manuel Estepa Llaurens. Carles está asistido por cuatro obispos auxiliares, uno más que Rouco en Madrid.
Reforma de estatutos
La renovación de los estatutos de la Conferencia Episcopal Española será uno de los objetivos prioritarios de la presidencia de Rouco, según sus primeras declaraciones en una conferencia de prensa en la que el cardenal se mostró distante y extremadamente cauto.Según Rouco, los estatutos se han quedado anticuados para hacer frente a la actual realidad social y jurídica, tanto en el ámbito religioso como civil. El primer estatuto de la Conferencia Episcopal fue aprobado por la asamblea constituyente en 1966. Posteriormente, en 1989, la asamblea plenaria modificó algunos artículos, pero Rouco Varela, experto en derecho canónico, cree necesaria una revisión más extensa.
Esta modificación adaptaría la Conferencia Episcopal a las nuevas reclamaciones de los obispados nacionalistas y a la futura región pastoral catalana, a la que Rouco aseguró que no se opone. Sin embargo, destacó la dificultad para lograr un acuerdo para modificar los estatutos, ya que se requiere el apoyo de dos tercios de los prelados.
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