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Jonathan Coe opina que los ingleses se toman la literatura "como una medicina"

El escritor presenta su última novela, "La casa de los sueños"

Un estilo accesible, una estructura clásica, ausencia de elementos que diviertan o entretengan. El escritor británico Jonathan Coe (Birmingham, 1961) cree que una novela que aspire al reconocimiento de sus compatriotas debe tener estos ingredientes. "Los ingleses se toman la literatura como una medicina; para ellos, las buenas novelas deben ser solemnes y serias", asegura el autor.

Coe se ha alejado conscientemente de estos preceptos en sus últimas novelas, que son también las que le han valido la consagración internacional. Con Menudo reparto obtuvo el premio al mejor libro extranjero en Francia, y la más reciente, La casa de los sueños, que la editorial Anagrama acaba de publicar en español, ha sido galardonada con el Premio Médicis.La casa de los sueños es un libro de personajes tragicómicos, con pasajes humorísticos y experimental en cuanto a su estructura, que alterna por capítulos el pasado y el presente, haciéndolos encajar como un sólido rompecabezas. La mirada retrospectiva apunta hacia las relaciones de varios estudiantes universitarios que conviven en una residencia. La mirada presente se sitúa en esa misma residencia, convertida en un centro de estudios del sueño, y recupera a esos jóvenes 10 años más tarde para mostrar en qué se han convertido y adónde han ido a parar sus ideales e ilusiones. Es una historia de iniciación a la vida articulada por un amor obsesivo: el que siente un joven, capaz de todo por la mujer de sus sueños, hacia una lesbiana.

El joven romántico es la sombra del Coe de los tiempos de estudiante, que también cayó rendido ante una homosexual y llegó a fantasear sobre un cambio de sexo. Toda la novela está salpicada de elementos autobiográficos, hasta el punto de que el autor reconoce que todos los personajes son "exageraciones cómicas" de sí mismo. El propio origen de la obra se encuentra en el sonambulismo que el escritor padeció hasta hace cinco años. "Consulté mi caso con un amigo psiquiatra y éste me explicó que había centros en los que se podían tratar los problemas del sueño. Me pareció muy buena idea situar una novela en uno de esos sitios".

Cada vez que se embarca en un nuevo proyecto, Coe tiende a perder de vista el mundo real. "Escribir una novela es como meterse en un sueño, entras en otro mundo, y eso dificulta tu relación con la gente", afirma. De modo que se sumergió por completo en el universo de los desarreglos del sueño, hasta descubrir que "son tantos" que luego, según confiesa, el problema fue buscar un espacio en la novela para los momentos de vigilia.

El poder

Con la excusa de las patologías que afectan a muchos durmientes, Coe se propuso abordar "las connotaciones románticas y políticas del sueño". De este modo, el autor vinculó temáticamente su última novela al grueso de su producción literaria: "He descubierto que todos mis libros hablan del poder. El sueño es el único momento en el que estás desarmado, y para la gente obsesionada con el poder dormir es un estado no deseado. Desde Napoleón hasta Thatcher, los políticos tratan de dormir lo menos posible".

La obsesión por el tema tuvo repercusiones en la propia vida del autor, como le sucede con todos sus libros: "Mi mujer dice que, cuando paso tantas horas escribiendo, duermo mal, hablo en sueños y me convierto en sonámbulo, pero eso es porque me meto mucho en mis personajes".

Ahora Coe está inmerso en su nueva obra: "Estoy escribiendo una novela que será como una trilogía en sólo dos libros. La primera parte, en la que estoy trabajando actualmente, transcurre en la década de los setenta, y ando tan metido en ella que casi no sé lo que ocurre en los noventa".

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