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MUSEOSLA TERCERA FASE CONCLUYÓ EN FEBRERO DE 1997

El PP lleva dos años sin iniciar la última ampliación de Bellas Artes

Ferran Bono

El Ministerio de Cultura, gobernado por el PP, continúa acumulando retrasos en el inicio de la cuarta y última fase de ampliación del Museo de Bellas Artes de Valencia. La reforma del proyecto original, con la exclusión de uno de sus arquitectos, Manuel Portaceli, por decisión unilateral del Ministerio, ha originado la demora más importante sobre unas obras presupuestadas que debían teóricamente inciarse tras la conclusión de la tercera fase en febrero de 1997, pero que aún siguen incluso sin licitar.

El secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés, nunca vio con buenos ojos el diseño de la cuarta fase, realizado, como las tres anteriores, por Portaceli y Álvaro Gómez-Ferrer y que tiene como finalidad ampliar el espacio expositivo para la colección permanente del museo. En consecuencia, el Ministerio, titular de la pinacoteca gestionada por la Generalitat, rescindió unilateralmente el contrato al primero y encargó al segundo una reforma con el fin de preservar la sala Laporta (un añadido de los años cincuenta) e introducir otros pequeños cambios. Portaceli no recibió ninguna explicación por su exclusión, lo que se interpretó como una decisión política motivada por que determinados sectores del PP asocian al arquitecto con la anterior Administración socialista. Una portavoz del Ministerio desvinculó ayer la resolución de la denuncia interpuesta por Portaceli a raíz de su rescisión del contrato con el continuo retraso en el inicio de las obras de la cuarta fase. Según manifestó, el proyecto de reforma de Gómez-Ferrer ya ha sido "corregido, aprobado y supervisado" y se encuentra a la espera de su publicación en el BOE, a pesar de que a finales de diciembre, la entonces ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, afirmó que las obras saldrían a licitación en enero. Este retraso engorda la larga lista de incumplimientos en los plazos de ejecución de las obras que permitirán reordenar la colección permanente en función del plan museográfico diseñado por el director del Museo de Bellas Artes San Pío V, Fernando Benito. Una vez concluida la tercera fase, encarrilada por la anterior Administración socialista y financiada por la Generalitat con 458 millones (las anteriores, que sumaban 397 millones, fueron sufragadas por la Administración central), el Ministerio redujo la superficie de ampliación de la última fase (de 8.600 metros cuadrados a poco más de 6.000 metros), así como su presupuesto (de 1.200 millones de pesetas a 780). El proyecto de creación del Museo del Siglo XIX, en el Convento del Carmen, podría haber contribuido a retrasar y reducir el presupuesto para Bellas Artes. Doce años después de redactarse sus planes de ampliación, el San Pío V -"la segunda pinacoteca de España", según el director general de Bellas Artes, Benigno Pendás- sigue sin estar concluido.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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