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Rosa Novell se estrena en la dirección de clásicos con un Molière

La actriz Rosa Novell ultima estos días su tercera y más arriesgada aventura como directora. Con Les dones sàvies, de Molière, que se presenta a partir del viernes en el teatro Romea, Novell se encara por primera vez con los autores clásicos, tras sus inicios en la dirección con los montajes de Maria Rosa, de Guimerà, y Olga Sola, de Brossa. La obra de Molière inicia las producciones de Focus para el Romea y también su compromiso por programar obras del teatro universal en catalán.

La traducción del texto original, en versos alejandrinos, es obra de Josep Maria Vidal, quien en 1993 recibió por este trabajo el Premio Josep Maria de Sagarra, del Institut del Teatre, a la mejor traducción de un texto dramático. La calidad de la versión catalana es justamente una de las principales razones que determinaron la elección de la obra, según apuntó ayer Daniel Martínez, responsable de Focus. La pieza, en tono de comedia, cuenta con un reparto de 11 actores, encabezados por Margarida Minguillon, Mercè Lleixà, Rosa Renon, Beatriz Segura, Carles Canut y Ernest Serrahima. El argumento, aparentemente simple, permitió que Molière (1622-1673) realizara uno de sus habituales ejercicios de sátira social. Varias mujeres de una misma familia de clase burguesa han convertido su casa en un salón literario, a modo de las reuniones que los aristócratas suelen desarrollar. Al foro de las mujeres acuden literatos de medio pelo, pero ellas, embobadas con la posibilidad de conseguir poder a través de la cultura, son incapaces de reconocer el fraude. Las burlas a la pedantería de las mujeres le valieron a Molière las críticas de los enciclopedistas. Crítica a la burguesía La propia Rosa Novell confesó ayer, durante la presentación del espectáculo, que en una primera lectura no sacó una impresión muy favorable de la obra. Pero que, no obstante, su opinión cambió diametralmente en sucesivas aproximaciones al texto tras comprender que en él subyace una crítica a la burguesía. "Hablar de si la obra es políticamente correcta o no es perder el tiempo. La actitud de las mujeres sirve a Molière para hablar de una cosa mucho más importante, que es el nacimiento de la burguesía", afirmó Novell. La directora asegura que "en la obra, las que enseñan el plumero no son sólo las mujeres, sino que todos los personajes son ridículos, pretenciosos y débiles, todos están llenos de contradicciones y muestran la debilidad humana". Novell no es partidaria de los montajes versionados de las obras clásicas, pues en su opinión "una manera de abordarlos con valentía es hacerlos como están escritos". Por este motivo, ha tratado de ser fiel al máximo al espíritu de Molière. Muy poco antes del estreno, Novell se planteaba ayer una cuestión que considera básica: "Antes de estrenar vuelvo a preguntarme de qué va la obra, porque no hay que perder la idea del autor".

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