Medio Ambiente cuestiona la labor del Consell en la extinción de incendios

La Comunidad es la autonomía menos eficaz del Este peninsular

Las cifras oficiales del Ministerio de Medio Ambiente cuestionan la política del Consell en extinción de incendios. La Comunidad Valenciana tiene la peor tasa de eficacia del Este peninsular. Las cinco comunidades limítrofes (Cataluña, Aragón, Baleares, Murcia y Castilla-La Mancha), con unas condiciones climáticas similares a las del territorio valenciano, mejoraron la actuación contra el fuego de la Generalitat en 1997. En los bosques valencianos el fuego arrasó una media de 2,3 hectáreas, el triple que en Murcia y Baleares.

Frente a las 2,3 hectáreas calcinadas como media en cada uno ...

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Las cifras oficiales del Ministerio de Medio Ambiente cuestionan la política del Consell en extinción de incendios. La Comunidad Valenciana tiene la peor tasa de eficacia del Este peninsular. Las cinco comunidades limítrofes (Cataluña, Aragón, Baleares, Murcia y Castilla-La Mancha), con unas condiciones climáticas similares a las del territorio valenciano, mejoraron la actuación contra el fuego de la Generalitat en 1997. En los bosques valencianos el fuego arrasó una media de 2,3 hectáreas, el triple que en Murcia y Baleares.

Frente a las 2,3 hectáreas calcinadas como media en cada uno de los 68 fuegos valencianos, Baleares y Murcia sólo perdieron 0,7. Les siguieron en eficacia Cataluña (con 1,3 hectáreas), Castilla-La Mancha (1,6) y Aragón (1,9). En el contexto nacional, la Comunidad Valenciana fue rebasada por otras ocho autonomías, que no alcanzaron las dos hectáreas quemadas por incendio. La estadística oficial del Ministerio de Medio Ambiente matiza el discurso victorioso del Gobierno de Eduardo Zaplana. En reiteradas ocasiones, el Consell del PP se ha jactado de que gracias a sus políticas de prevención y extinción de incendios, la Comunidad Valenciana ha pasado de las 25.966 hectáreas quemadas en 1993 y las 138.404 de 1994, a las 765 y 832 de 1996 y 1997. Además, las cifras del ministerio demuestran que el nivel de eficacia de los equipos valencianos de extinción de incendios se ha reducido cerca de un 15% desde 1996. Ese año, en cada fuego ardió una media de 1,9 hectáreas, lo que situaba a la Comunidad Valenciana en tercer lugar en el índice de eficacia del área mediterránea. Sólo le superaban Aragón (0,9) y Baleares (1,16). Por detrás quedaban los catalanes (2,2), manchegos y murcianos (ambos con 3,3). Factores climáticos El informe del ministerio insiste en la influencia de los factores climáticos (humedad, lluvias, temperatura...) en la cantidad de hectáreas quemadas. Destaca que el noroeste peninsular, que tuvo un tiempo "más seco y soleado" sufrió el 80,79% de los incendios y acaparó el 78,25% de los terrenos arbolados que se quemaron. En cambió, la zona mediterránea, que se benefició de "frecuentes tormentas que mantuvieron la humedad", apenas padeció el 8,57% de los siniestros y solo ardió en estas comunidades el 10,55% de la superfície arbolada quemada en España en todo el año. Con estos datos, el diputado autonómico Alfonso Arenas sostiene que, para conocer el nivel de eficacia de los equipos de extinción de la Generalitat, hay que compararlos con los resultados de las comunidades limítrofes, que han tenido condiciones meteorológicas parecidas. "El Gobierno de Zaplana apenas menciona la influencia climática en los incendios y atribuye todo el exito a sus planes de prevención y extinción", se queja Arenas. Una política que, en su opinión, empieza a volverse en contra suya: "En 1998 se han duplicado las hectáreas quemadas en 1997, ¿quiere decir eso que la eficacia de su plan se ha reducido a la mitad?", ironiza. De hecho, el 14 de agosto las llamas habían arrasado ya más hectáreas de masa forestal (892) que en todo el año anterior (832). En esos ocho meses se habían contabilizado ya 272 incendios. Arenas reconoce que este año, como esgrimió el director general de Interior, José Luis Villanueva, se han registrado menos lluvias y temperaturas más elevadas que el año anterior, lo que ha influido en el incremento de suelo quemado. "Se nota que Villanueva es un técnico y habla con datos meteorológicos en la mano", comenta Arenas, "todo lo contrario que su antecesor, José López Garrido".

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