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El Gobierno asegura que "todavía" no se está en el proceso de paz y pide calma

Calma, silencio, freno, paciencia. Son los mensajes que envía el Gobierno sobre el proceso abierto tras la tregua de ETA y que pueden contenerse en esta afirmación del ministro portavoz, Josep Piqué: "No estamos todavía en el proceso de paz". El aluvión de preguntas en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros tuvo respuestas repetitivas e insistentes: "No ha habido ningún contacto que se pueda considerar significativo" [con el entorno de ETA]. Al insistirle sobre si los ha habido "no significativos", el portavoz se enroca y repite: "Ningún contacto significativo".

Para ilustrar mejor su postura, Piqué desgranó afirmaciones que él mismo califica de "pedagógicas" y se extendió en explicar que se está "ante un proceso que no es para impacientes" porque es imposible que se produzcan "acontecimientos cada día ni siquiera periódicamente". "Pueden pasar meses", insistió, para que pueda haber algo realmente importante.Piqué reclamó "paciencia y tiempo" porque el proceso de pacificación "va a estar plagado de obstáculos y problemas y no puede salir mal", y rogó que "todo el mundo tenga la misma paciencia que el Gobierno está dispuesto a tener".

Las últimas y contradictorias noticias sobre acercamiento de presos etarras a cárceles del País Vasco merecieron también varias preguntas para el portavoz, que considera "impensable que la campaña de acoso y persecución social" de los últimos días sobre el PP en Euskadi haga cambiar la política penitenciaria del Ejecutivo.

Pique aseguró que no sabe si se trasladará algún preso etarra en fechas próximas como efecto específico del proceso de tregua o incluso si, en estricta aplicación de la política penitenciaria -eufemismo al que el Ejecutivo se acoge permanentemente-, puede producirse algún movimiento de presos.

Al hilo de los últimos atentados y amenazas, que se atribuyen a Jarrai, la organización juvenil de ETA, el ministro portavoz aseguró que "pretender distinguir entre violencia y actos de violencia de baja intensidad va contra el sentido común".

El portavoz gubernamental no se cree en condiciones de explicar si los últimos atentados "responden a una estrategia de presión o son acciones aisladas", aunque, en su opinión "todo este esquema de acoso, al final se vuelve contra los que lo hacen", porque "es muy difícil ganarse la credibilidad en cuanto a la voluntad de paz si al tiempo no se expresa un claro rechazo a estos actos de violencia".

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Voluntad

Al responder sobre su opinión respecto a la actitud de Euskal Herritarrok (EH) Piqué advirtió que "cuando se expresa una voluntad de paz, para que tenga credibilidad, hay que expresar el rechazo a los episodios de violencia que puedan acaecer y eso es algo que se puede y se debe pedir a todas las fuerzas políticas incluyendo a EH".También para EH parecía destinado un último mensaje del Gobierno, a través de su portavoz: "Debemos actuar todos con la serenidad suficiente y sin perder la paciencia, el camino va a estar plagado de obstáculos y problemas que no nos deben desanimar. Introducir elementos que pueden complicar todavía más una situación de por sí compleja no es lo más adecuado". Una parte sustancial de su comparecencia ante los periodistas tras el Consejo de Ministros la dedicó Josep Piqué -directamente criticado por la oposición- a explicar la operación financiera por la que las compañías eléctricas podrán disponer de un billón de pesetas a través de títulos bancarios que saldrán al mercado e insistió en que no hay privilegios ni encarecimiento del suministro.

También se detuvo en la concesión de una subvención a Miguel Pérez Villar, ex consejero de Economía de José María Aznar cuando éste presidía el Gobierno regional de Castilla y León. No es para un concesionario de automóviles, dijo, sino para un taller de reparación, con una inversión importante y la creación de más de 30 puestos de trabajo. Según explicó, se pidió un informe jurídico sobre si el hecho de que Pérez Villar estuviese condenado por prevaricación impedía que se concediese la ayuda. La respuesta fue negativa, lo que para Piqué es algo lógico porque lo contrario supondría aumentar la pena de la sentencia. El ministro añadió que, a su juicio, lo criticable sería haberla negado a causa de la personalidad del solicitante.

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