Rafael Conte escribe "con amor y humor" sus memorias de los sesenta
El crítico literario y periodista Rafael Conte (Zaragoza, 1935) presentó ayer sus memorias y recuerdos de la década de los sesenta, "un tributo a aquella generación muy olvidada, escrito con amor y dosis de humor". El pasado imperfecto (Espasa) abarca un periodo de formación, desde su llegada a Madrid en 1959, procedente de Navarra, hasta su marcha a París en 1970 como corresponsal del diario Informaciones.Conte declaró ayer que sus memorias, ni autobiográficas ni privadas, son una especie de crónica o reportaje sobre los años sesenta y sus contactos en los colegios del Sindicato Español Universitario (SEU), de la Falange, con Martín Villa, Rosón, Barrionuevo, Suárez, "que tuvieron una intervención decisiva en el tránsito a la democracia", y a través de la revista Acento, como crítico literario, con la generación del realismo, como Sastre y Aldecoa, y otros jóvenes como Grande, Martínez Sarrión y Guelbenzu. El recuerdo de amigos muertos (García Hortelano, Benet, Rosón) fue el origen de El pasado imperfecto, al mezclar el presente con aquel pasado, "más amable por lo imperfecto que era y más terrible por los que nos han abandonado".
En el amplio índice onomástico figuran los nombres de la literatura y el periodismo de los sesenta. "Vengo de un pasado imperfecto. Creo que cualquier tiempo es mejor de como se lo juzga en el presente".