UNED
Hace unos años, entre las intimidaciones populares, se empleaba una expresión que consistía en amenazar a alguien con mandarlo a la estratosfera. Con eso quedaba garantizado que se acabaría con él.Casi lo mismo han hecho ahora con el programa que emitía la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Radio Nacional: lo han mandado a la ionosfera. No es tan lejos como la estratosfera, pero está peor pavimentada. Una onda que llegue a la ionosfera rebota como en un pedregal, sin que pueda predecirse, según la hora, el clima o la zona, a dónde va a parar.
Los alumnos de la UNED son más de 150.000 y han venido recibiendo emisiones de formación e información a lo largo de 25 años, los últimos 20 por Radio 3. Ahora, o no oirán o les llegará una vacilante voz profesoral adornada de regurgitamientos y borborigmos. Es muy posible, pues, que decidan desconectar y desaparezcan, con lo cual se cumplirá fielmente el deseo de haberlos enviado a la ionosfera.
El Ente prefiere que Radio 3 sólo emita música y no educación, que juzga poco rentable. Argumenta que la audiencia no rebasa los 22.000 oyentes, pero eso es más que la misma Radio 3 por la mañana, o más que la que convoca Radio Clásica, Radio 10, Radio Pop o Radio Olé. De otra parte, si el programa, en vez de haberse emitido en el pésimo horario de 20.30 a 22.00, hubiera elegido otro, la convocatoria habría crecido con facilidad, dicen en la UNED. Pero, en todo caso, ¿cómo medir el bien o el mal de la educación pública en términos de mercado? Los estudiantes de la UNED y otros que deseaban escuchar a catedráticos, especialistas e informaciones sobre ciencias y humanidades se han quedado en blanco. Condenados, por la munífica RTVE, al limbo de la secreta y anfractuosa frecuencia en el punto 1.359 de OM.
