Fascículos
Cada otoño los hombres percibimos que Dios creó el mundo en fascículos y que lo encuadernará el Día del Juicio, entre trompetas, plegarias y lamentos. Mientras llega la hora definitiva en que el Sumo Encuadernador tome el volumen de la humanidad por el lomo y lo deposite en las etéreas estanterías, cada cual va acoplando dentro de sus tapas las páginas dispersas de las colecciones que le han tocado en suerte reunir. Granada es también una ciudad fascicular, una suma de colecciones heterogéneas que le dan el mismo tono de perplejidad y caos que se percibe en los quioscos. Granada tiene dos colecciones clásicas, casi permanentes, que equivalen a los vídeos submarinos del comandante Cousteau y a la fauna de Rodríguez de la Fuente: el campus de Ciencias de la Salud y el restaurante del Rey Chico. Cada jornada vamos acrecentando los volúmenes de ambas colecciones con opiniones nuevas, vueltas de tuerca impredecibles, retornos, giros o desengaños. Cuando parece que la colección está completa aparece un fascículo suplementario, apenas una vaga opinión rezagada que, sin embargo, trae consigo otra serie fascicular para esta biblioteca inabarcable. Uno tiene la impresión de que el dueño del restaurante, Virginio Sánchez, el rector de la Universidad, Lorenzo Morillas, o el alcalde de Armilla, José Antonio Morales, han alcanzado esa rara longevidad de los buitres leonados de la citada serie de la fauna ibérica. También hay colecciones largas cuyo asunto es el misterio. La más notoria es la del Legado Andalusí, que asemeja uno de esos libros costosísimos y de abundantes fotografías pero de escasa letra. El Legado Andalusí es el coleccionable más apadrinado y presidido de cuantos existen en Granada y aun en España. Los Reyes lo han presentado dos o tres veces -la última ayer-. Entre sus asesores se cuentan Federico Mayor Zaragoza, Antonio Gala y Almudena Grandes, pero su sustancia es un enigma. En 1995 era uno, pero desde este año es dos y es uno (una modesta aproximación al misterio de la Trinidad). Su máximo valedor, Jerónimo Páez, está y no está al frente de él, pues se despidió sin irse del todo. Sin embargo, tres años después de que empezáramos a atesorar los lujosos fascículos, los periodistas, cuando reciben el encargo de entrevistar a Páez, siguen formulando la misma pregunta: "¿Qué es el Legado Andalusí?". Y el oráculo responde con una metáfora o con una parábola oriental.