Los bosques catalanes crecen un 20% en 30 años, en gran parte porabandono de cultivos

En 1970, Cataluña tenía 1.164.200 hectáreas arboladas. Veintiocho años después tiene 1.394.074, con 780 millones de árboles, lo que significa que los bosques han crecido el 20%, según el Ministerio de Medio Ambiente. La Generalitat suma a esta cifra otras 623.832 hectáreas de campos de matojos y vegetación menor para evaluar la superficie forestal total, que alcanza así 2.017.906 hectáreas. Cataluña tiene, pues, más bosque que nunca, pero estos bosques son también mucho más vulnerables a los incendios. Buena parte de la nueva masa forestal se ha ganado a costa del abandono de los cultivos.El gran incendio de mediados de julio redujo a cenizas el 1,14% de la superficie forestal de Cataluña y 19 millones de árboles.

El jefe del Inventario Nacional Forestal del Ministerio de Medio Ambiente, José Antonio Villanueva, confirma el crecimiento del bosque catalán, y apostilla: "Yo mismo he visto que hay muchas zonas abandonadas". Este fenómeno tiene mucho que ver con el histórico trasvase demográfico del campo a la ciudad de los años sesenta, que abocó a muchos cultivos a ser absorbidos por áreas arboladas. El incendio del mes pasado en las comarcas del Solsonès y el Bages ha supuesto la desaparición del 1,14% de la superficie arbolada de Cataluña, según datos del Centre de Recerca Ecològica y Aplicacions Forestals (CREAF). Unos 19 millones de árboles han muerto e innumerables animales terrestres perecieron en su huida. Los ecólogos califican las zonas de monte calcinado de "temporalmente desarboladas". "Pero el bosque mediterráneo tarda más en regenerarse que los que se encuentran en zonas de lluvias y de una mayor densidad vegetativa, como los de Cantabria o Galicia", advierte Villanueva. Nuevas especies Las causas del desastre forestal de julio ya fueron anunciadas hace cuatro años en un foro organizado en el monasterio de Montserrat a raíz de los incendios que aquel año asolaron 70.000 hectáreas y cuyas ponencias acaba de editar Depana. Joan Domènec Ros, catedrático de Ecología de la Universidad de Barcelona, se preguntaba entonces por qué los bosques se queman más que antes. El catedrático afirmaba: "Antes se explotaban muchos recursos del bosque (leña, madera, carbonilla) y ahora esto se ha reducido por su poco uso y por la desaparición de algunos oficios". Estas especies que el payés seleccionaba "son especialmente propensas a los incendios, por sus características intrínsecas y porque los bosques catalanes son relativamente jóvenes al haberse establecido en buena parte sobre cultivos abandonados". Joan Domènec Ros argumentaba: "Sobre todo, ha disminuido el número de payeses y las actividades que tradicionalmente llevaban a cabo, como limpiar caminos o mantener los cortafuegos naturales que son los campos de cultivo. Además, han disminuido los animales herbívoros de la fauna autóctona y esto quiere decir menos consumo del sotobosque". El CREAF ha constatado que la especie arbórea más afectada por el siniestro del Solsonès y el Bages ha sido el pino albar, que poblaba el 74% de estos bosques. Le siguen el pino blanco o carrasco (11%), los robles (7%) y las encinas (3%). Los payeses de la zona del incendio aseguran que, cuando de aquí a 50 años sus montes se empiecen a recuperar, las especies de árboles cambiarán. Josep Bertran, propietario de 300 hectáreas -casi todas calcinadas- en el término municipal de Pinós (Solsonès), afirma: "El pino blanco se extenderá más porque crece más rápidamente que el pino albar, pero su madera es de peor calidad". A pesar de todo, Lleida, Girona y Barcelona son las tres provincias españolas con más árboles de toda España. Las comarcas leridanas tienen 250 millones de árboles de más de 3 metros de altura y 10 centímetros de diámetro; las de Girona, 244 millones, y los bosques barceloneses, 234 millones de árboles.PASA A LA PÁGINA 4