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Los cinco magrebíes hospitalizados en Almería se fugan para evitar su inminente repatriación

El deseo por abrirse un hueco en la orilla europea es más fuerte que nada. Los cinco inmigrantes que tuvieron que ser internados en el hospital Torrecárdenas, en Almería, para recibir asistencia después de permanecer cuatro días en el mar, se han fugado del centro durante los dos últimos días para evitar la repatriación a Marruecos, según fuentes policiales. Sin embargo, el comisario de policía de Almería, Antonio Martín, afirmó ayer, según Efe, que los inmigrantes no se fugaron, sino que han recibido el alta médica, pese a su condición de ilegales, después de haber permanecido en el hospital 72 horas.

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Inmigrante en coma

Estos norteafricanos, que hicieron la travesía en una patera de seis metros de eslora, ocupada en total por 24 personas, con edades comprendidas entre 18 y 35 años, presentaban serios trastornos, fruto de la deshidratación y de la exposición al sol. Las malas condiciones meteorológicas que reinaban en el Mediterráneo dilataron la travesía hasta que la embarcación fue avistada por un buque oceanográfico español, a 16 millas al sur de Almería. Todos los marroquíes presentaban trastornos físicos, muy acentuados en cinco casos, que recomendaron la hospitalización para atender las quemaduras y la extrema debilidad física que mostraban. Después de cuatro días en el mar, la desnutrición también había hecho mella en varios casos. Los magrebíes, que fueron detenidos el sábado por la Guardia Civil, han permanecido entre tres y cuatro días en el hospital Torrecárdenas. La última fuga se descubrió ayer por la mañana, según la Delegación de Gobernación de la Junta en Almería. El hecho de que carecieran de vigilancia policial facilitó notablemente la escapada de los cinco marroquíes para evitar la misma suerte que han corrido el resto de sus compañeros de trayecto, que ya han sido repatriados. 8.000 indocumentados Por otra parte, el Gobierno central denegó en 1997 el 95% de las 120.000 peticiones de asilo efectuadas por extranjeros, en su mayoría norteafricanos, según revela el informe anual de 1998 sobre racismo en España de la organización no gubernamental SOS Racismo, presentado ayer en Granada. El informe señala que en Andalucía existen unos 8.000 inmigrantes indocumentados y que el mayor número de denuncias por trato discriminatorio se produce en las zonas del Poniente almeriense y en el Campo de Gibraltar. "Tal vez porque son los puntos en que hay más inmigrantes", aseguró un portavoz de la asociación. "Pero también se ha constatado que las mismas personas que favorecieron esa inmigración porque necesitaban mano de obra barata son ahora las que tienen actitudes más xenófobas" El estudio hace hincapié en el hecho de que muchas de estas acciones parten de la propia Administración. A este respecto, vuelve a incidir un año más en la Ley de Extranjería que provoca, según el informe, "problemas de indefensión" en los inmigrantes. Uno de los ejemplos de racismo institucional recogido en el informe fue el del subdelegado del Gobierno en Cádiz, Miguel Osuna, quien, tras conocer que el Instituto de la Juventud había invitado a colectivos de jóvenes marroquíes para participar en el foro Ágora, dio orden de que no se les dejara cruzar la frontera. Otro hecho sangrante recogido en la memoria fue una circular interna en el Hospital Clínico de Granada en la que se aconsejaba a los trabajadores del centro que si veían alguna persona de piel oscura o aspecto de extranjero lo trataran como posible sospechoso de ser un ilegal.

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