El "Mundial"

Loyola de Palacio juega, a partir de hoy, su particular Mundial, como es la reunión del Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea, que aborda la aprobación definitiva de la OCM del aceite. Desde Andalucía se aguarda esta cita con escepticismo y prácticamente sin esperanza de que logre mejorar el documento para los intereses del sector. Si finalmente, como parece, se conforma con llegar hasta las 750.000 toneladas, cantidad máxima garantizada, y ayudas para la aceituna de mesa, en esta comunidad quedará marcada como una ministra lesiva para Andalucía y con ella, el PP, partido al ...

Loyola de Palacio juega, a partir de hoy, su particular Mundial, como es la reunión del Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea, que aborda la aprobación definitiva de la OCM del aceite. Desde Andalucía se aguarda esta cita con escepticismo y prácticamente sin esperanza de que logre mejorar el documento para los intereses del sector. Si finalmente, como parece, se conforma con llegar hasta las 750.000 toneladas, cantidad máxima garantizada, y ayudas para la aceituna de mesa, en esta comunidad quedará marcada como una ministra lesiva para Andalucía y con ella, el PP, partido al que representa y que parece querer así cerrar cuanto antes esta página, verdadero foco permanente de quebraderos de cabeza para ellos. Los populares podrían alejar de esta forma dicho espinoso asunto de los próximos compromisos electorales. Será cuestión de esperar para, a la conclusión del Consejo, comprobar los objetivos alcanzados. Será, en todo caso, un argumento más que nos hace pensar que estamos ante lo que puede ser un verano caliente en el campo andaluz. A la OCM del aceite habrá que unir la reducción en 20.000 millones de pesetas de los fondos europeos para las zonas forestales y los intentos de marginar a los ayuntamientos en la reforma de la Aepsa, el antiguo PER, para completar un escenario lo suficientemente inquietante. En otro sector económico, el industrial, queda por ver el alcance de los ajustes de plantilla en las empresas públicas asentadas en la región. De ahí el encuentro previsto para hoy entre el grupo parlamentario socialista y la UGT de Andalucía, pero sobre todo destaca la celebración de las elecciones primarias en el PSOE. Es toda una incógnita el comportamiento que mantendrán los contendientes, aunque no es difícil aventurar que habrá, si cabe, más tensión en el caso de Sevilla, con José Rodríguez de la Borbolla y Alfredo Sánchez Monteseirín, que evidencian unas notables ganas de pelea. El ministerio de Arenas Mientras tanto, en el PP Javier Arenas sigue enfrascado en su principal tarea: "El ministerio, el ministerio y el ministerio", como machaconamente insiste una y otra vez. Un afán, el suyo, que no impide a otros mostrar su preocupación por la falta de medidas con las que no sólo despejar las incertidumbres sobre el candidato del PP en las próximas elecciones autonómicas, sino también preparar el programa electoral. De momento, sólo cabe hablar de la gestión realizada por el Gobierno central, de ahí las convenciones provinciales previstas para el fin de semana en Jaén y Granada, acompañadas, cómo no, por sus respectivos ministros de turno. Será, de cualquier forma, una semana de transición de cara al pleno del Parlamento andaluz, los días 1 y 2 de julio, en el que se establecerá el debate sobre el estado de la comunidad. Una ocasión en la que el PP pondrá especial empeño en denunciar los incumplimientos y "la obsesión" del Ejecutivo de Chaves por hacer oposición a Madrid. Enfrente, Chaves tratará de articular un mensaje "cargado de ideas nuevas", dice Gaspar Zarrías, quien el jueves deberá comparecer ante el TSJA por la querella presentada contra él por parte de Arenas. Pero al margen de la lucha diaria, Chaves quiere elevar sus miras hacia el futuro más inmediato, hacia el próximo milenio. Ese es el origen de Andalucía ante el nuevo siglo, iniciativa que echa a andar esta semana para la puesta en marcha de distintos foros de reflexión sobre el porvenir de nuestra tierra en los distintos ámbitos, al margen ya de las indicaciones de las propias instituciones.