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El etarra Iñaki Bilbao quiso asesinar a Carlos Iturgaiz, pero no se atrevió

El principal responsable del comando Vizcaya de ETA, Iñaki Bilbao, intentó asesinar a Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco, pero aunque lo tuvo a tiro no se atrevió. El atentado iba a realizarse durante una concentración en favor de la liberación del abogado Cosme Delclaux, liberado por ETA tras el pago de un rescate en julio de 1997. El terrorista decidió no disparar debido a que en ese momento iba solo e Iturgaiz con varios escoltas, según informaron fuentes de la investigación sobre el comando etarra desarticulado en Gernika.

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Ese atentado terrorista había sido planificado por el propio Bilbao y por Josu Zabala Salegi, Basajaun, que fue hallado muerto con un disparo en el pecho el 27 de marzo de 1997 en unos acantilados de la localidad guipuzcoana de Deba. Zabala y Bilbao habían huido a Francia poco antes, pero habían decidido regresar.La tentativa de asesinato de Iturgaiz no fue la única en la que estuvo involucrado Bilbao, que también perteneció a la anterior estructura del comando Vizcaya, desarticulado en septiembre de 1997 por la Guardia Civil, aunque él consiguió darse a la fuga. El grupo disponía de alguna información sobre el consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, uno de los objetivos tradicionales de la banda terrorista desde hace algún tiempo, como por ejemplo la matrícula, marca y color del coche oficial.

Fuentes de la investigación han asegurado que los liberados del comando desarticulado por la Ertzaintza la semana pasada en Gernika tenían la intención de cometer sendos atentados contra guardias civiles el pasado día 5 -poco antes de ser detenidos- y el próximo día 20 de este mes. Otra de las tentativas de asesinato en las que participó el comando y que fracasó es la del atentado contra el dueño del bar La Concordia de Castro Urdiales. Los terroristas le vinculaban a medios del narcotráfico.En la acción participaron además de Iñaki Bilbao, Olga Sanz y Javier Moreno, que al igual que el primero se encuentran en prisión incondicional e incomunicada.El jefe del grupo llegó a tener encañonado a medio metro de distancia al propietario del bar, pero el arma se le encasquilló.

El hecho, que se cometió la semana anterior a la Semana Santa de este año, había sido denunciado como un delito común, pero tras la detención de los terroristas se ha descubierto que no era así.

También se ha descubierto su participación en el intento de colocación del artefacto explosivo que le estalló en las manos a Urko Labeaga en la localidad vizcaína de Getxo. También intervinieron en la colocación de sendas bombas en una sucursal de la BBK en Armintza (Vizcaya), cuya explosión causó daños materiales, y en una zona residencial de Gámiz (Vizcaya), que fue desactivado por la la Ertzaintza.

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Los terroristas disponían de mucha información, aunque poco elaborada, de varios cuarteles de la provincia de Santander, el cuartel de la Guardia Civil en Algorta (Vizcaya) y un cuartel militar en Mungía (Vizcaya).

Vídeos de cuarteles

El reconstituido comando Vizcaya disponía de varias grabaciones en vídeo de los cuarteles de la Guardia Civil en Cebreros (Ávila), El Tiemblo (Ávila) y San Martín de Valdeiglesias (Madrid), que eran futuros objetivos de la banda terrorista.Entre las personas que figuraban como objetivos para posibles atentados se encuentran una decena de jueces y de periodistas, unos 250 políticos, un centenar de miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y cuatro personas a los que denominan "grupos sociales", que están relacionados con los medios de comunicación social.

Por otro lado el juez Baltasar Garzón, que estaba de guardia cuando la Ertzaintza desarticuló el comando Vizcaya y decretó la prisión de los detenidos tras tomarles declaración, dictó ayer un auto por el que remite las actuaciones a la juez Teresa Palacios. La magistrada de la Audiencia Nacional tramita la causa por el artefacto que le estalló en las manos al etarra Urko Labeaga y toda la investigación desarrollada por la Policía Autónoma Vasca se inició como consecuencia de aquella acción, por lo que al ser un caso anterior, es la competente para instruir el sumario.

El juez Garzón mantuvo la incomunicación de los principales implicados, los liberados Patxi Márkez e Iñaki Bilbao y para los también integrantes de un grupo de apoyo del comando Olga Sanz y Javier Moreno. La operación continúa abierta y no se descartan otras detenciones.

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