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LA LUCHA CONTRA ETA

El "comando Vizcaya" disponía de dos pisos en Bilbao para esconderse después de cada atentado

Después de matar, de asesinar a alguien por la espalda o de colocar un coche cargado de explosivos en plena calle, los etarras se quitan de enmedio durante un tiempo en un sitio seguro, ni muy cerca ni muy lejos del lugar del crimen, normalmente en la misma ciudad, pero en otro barrio. A ese escondite lo llaman "piso de seguridad" y sin disponer de uno difícilmente se arriesgan a cometer un atentado de importancia. El comando de ETA desarticulado ayer por la Ertzaintza contaba con dos pisos de seguridad en Bilbao, uno en la margen derecha y otro en la izquierda de la ría del Nervión.

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Los dos pisos están situados en el extrarradio, en barrios muy populares, donde resulta difícil reparar en la presencia de extraños. Uno de ellos se encuentra en el municipio de Getxo, en la margen derecha del Nervión, una zona de clase media; y el otro en Santurtzi, al otro lado de la ría, un viejo pueblo marinero, de carácter más popular. Fuentes de la investigación explicaron ayer que los etarras habían estado utilizando hasta ahora estos pisos como lugar de almacenaje, aunque evitaron detallar qué tipo de armas o documentación guardaban allí.A ambos pisos se puede acceder en escasos minutos desde el centro de Bilbao. Los terroristas pretendían evitar así los dispositivos de control que la policía pone en funcionamiento después de cada atentado. "Tenían todo lo que necesita un comando de ETA para cometer sus acciones criminales con ciertas garantías de seguridad", explicó ayer a este periódico un responsable de la investigación.

"Sólo estaban a la espera", añadió, "de recibir un cargamento de explosivos procedente de Francia". Ya tenían hasta un coche -el Ford Escort robado y con matrícula falsa encontrado en una lonja de Getxo- dispuesto para ser utilizado.

Demasiado ajetreo

En los últimos días, los agentes de la Ertzaintza que venían siguiendo a los distintos miembros del comando percibieron un aumento en sus idas y venidas al piso de la calle de Pablo Picasso en Gernika. Incluso observaron cómo introducían varias bolsas grandes, como de deportes, que parecían muy pesadas. Ante la posibilidad de que la entrega del explosivo ya se hubiese realizado, los mandos de la policía autónoma vasca decidieron no esperar más y organizar el asalto a piso franco."Notamos demasiado ajetreo y no queríamos asumir demasiados riesgos. Que pudieran matar a alguien en cualquier momento", explicó ayer una fuente de la investigación. "Además", añadió, "ya hacía bastante tiempo que andábamos detrás de ellos y por tanto existía el riesgo de que nos pudieran sorprender en cualquier momento y estropearnos la operación". Había dos opciones: esperar la llegada de los explosivos y la posible incorporación de algún etarra más o lanzar ya la operación de asalto. Se optó por la primera alternativa.

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Los responsables de la Ertzaintza se pusieron en contacto con el juez Baltasar Garzón, que estaba de guardia y permaneció durante toda la noche en su despacho del Juzgado de Instrucción número cinco de la Audiencia Nacional. Le contaron la operación y le pidieron las preceptivas órdenes de entrada y registro en cinco localidades -además de en Getxo y Santurtzi, en Lemoniz, Amurrio y Gernika, donde estaba el piso franco-. Garzón permaneció en vela e informado al minuto del desarrollo de la operación.

Y de no haber esperado más tiempo para detener al comando Vizcaya se alegraron ayer los ertzainas al descubrir que Ignacia Ceberio y sus compañeros ya disponían de una lista con posibles objetivos terroristas.

Aunque no trascendieron sus nombres -los investigadores prefirieron dedicar las primeras horas a intentar descubrir otros posibles colaboradores del comando antes de que pudieran huir-, un responsable de la operación aseguró que "la desarticulación del comando los deja automáticamente fuera de peligro" y que, por tanto, los irán avisando sin prisa en los próximos días.

Tampoco se sabe todavía si el seguimiento realizado a las posibles víctimas por el reconstituido comando Vizcaya es exhaustivo o se trata simplemente de recortes de prensa y alguna anotación más sin demasiada importancia.

De lo que si está segura la Ertzaintza es de que la maquinaria del comando Vizcaya estaba perfectamente engrasada, lista para matar: "Cada laguntzaile (colaborador no fichado por la policía) tenía una misión, y el reparto de papeles era total, como en los comandos más experimentados". El consejero de Interior del Gobierno vasco, Juan María Atutxa, explicará en el Parlamento vasco la operación policial.

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