El "efecto Borrell"
Estoy encantado con las unísonas declaraciones de los diputados y ministros populares y algunos de sus más conspicuos afines en los medios de comunicación, una vez finalizado el debate entre Aznar y Borrell: «el efecto Borrell se acabó», «el globo ha pinchado», «el candidato socialista no ha superado el muro», etcétera.Entiendo que es exactamente al revés y que mientras sigan manteniendo semejantes posturas, encubridoras del temor que les provoca un adversario político valiente y poco dado a desfallecimientos, mucho mejor para nosotros, los que sustentamos, desde siempre, un ideario progresist...
Estoy encantado con las unísonas declaraciones de los diputados y ministros populares y algunos de sus más conspicuos afines en los medios de comunicación, una vez finalizado el debate entre Aznar y Borrell: «el efecto Borrell se acabó», «el globo ha pinchado», «el candidato socialista no ha superado el muro», etcétera.Entiendo que es exactamente al revés y que mientras sigan manteniendo semejantes posturas, encubridoras del temor que les provoca un adversario político valiente y poco dado a desfallecimientos, mucho mejor para nosotros, los que sustentamos, desde siempre, un ideario progresista y de izquierdas. El
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efecto Borrell ha conseguido, en un lapso muy breve, despertar la ilusión y la esperanza en millones de personas en España; ha colaborado a poner en entredicho, con mucha claridad, el manido dogma del pensamiento único; ha vuelto a colocar en primer plano conceptos tales como cohesión social, solidaridad y derechos ciudadanos; ha logrado que don Julio Anguita, nada más ni nada menos, haya dedicado gran parte de su participación en el debate del estado de la nación a ofrecer al PSOE un pacto de la izquierda para enfrentarse a la derecha que representa el PP...
Y esto sólo acaba de comenzar. Lo del debate con Aznar ha sido un paso más en este proceso, experiencia a la que ha respondido con mucha dignidad y apuntando modos más que interesantes, teniendo en cuenta que es la primera vez que se enfrenta a semejante reto, con muy poco tiempo para prepararse y en medio de una escandalera ultrasoniana -los que vimos la televisión y escuchamos simultáneamente la radio pudimos comprobar hasta qué extremos- poco digna de parlamentarios más o menos tolerantes.-