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Iturri, "el grande". La presentación en Aquisgrán de su montaje de la ópera "Don Sebastiano" cierra la trayectoria de Luis Iturri

Ataviado como un viejo emperador romano, con sandalias y laureles en la cabeza, Luis Iturri salió al escenario del Teatro Arriaga el pasado agosto para volver a ejercer su añorado oficio de actor. La dirección escénica, el montaje de óperas, la programación del Arriaga y las labores burocráticas al frente del teatro municipal de Bilbao desde 1987 le habían robado en los últimos años el tiempo para interpretar. "Está encantado, parece Orson Welles", bromeaban sus amigos. El estreno de Rómulo, el grande, de Friedrich Dürrenmat, le permitió volver al escenario. El resto de sus tareas en el teatro las siguió cultivando hasta que la enfermedad no le permitió trabajar más. Iturri falleció ayer en una clínica de Bilbao a causa de una dolencia de páncreas después de estar volcado durante más de treinta años en las artes escénicas. Iturri deja a los 54 años un extenso currículo, que comienza en su época de estudiante en Deusto y llega hasta el estreno de decenas de títulos de teatro y óperas. En los años 60, en medio de un páramo cultural en el que las autoridades franquistas cercenaban cualquier propuesta, fundó la compañía Akelarre y consiguió el hito de estrenar Luces de bohemia, de Valle Inclán. Su experiencia le empujo a la dirección del Teatro Arriaga tras su reinaguración. El concejal de Cultura de Bilbao, el peneuvista Joseba Intxaurraga, recordó ayer que los objetivos marcados entonces se han alcanzado "gracias al nivel de la programación y a las producciones llevadas a otros escenarios".Luis Iturri nació en Sevilla, pero pocos años después su familia se trasladó a vivir a Bilbao, donde desarrolló la parte más importante de su carrera profesional. El teatro de Ionesco, Unamuno y Ghelderode marcó sus inicios cuando aun era un director de escena en ciernes que coordinaba el trabajo de estudiantes aficionados al teatro. Al frente de Akelarre, Iturri dirigió más de 25 montajes y consiguió, entre otros galardones, el Premio Nacional de Teatro. Como autor escribió Irrintzi, una obra inspirada en poemas de Blas de Otero, Gabriel Celaya y Gabriel Aresti, y Guerra ez y Hator. Su llegada al Teatro Arriaga dio un nuevo impulso a sus trabajos de dirección escénica, especialmente en el campo del teatro lírico. Iturri consiguió estrenar en Bilbao la ópera Medea, del compositor griego Mikis Theodorakis, y contar con el tenor Plácido Domingo en Otelo y con Ainhoa Arteta en La bohème, entre otras destacadas figuras. El presidente del Teatro Arriaga, el concejal peneuvista Joseba Intxaurraga, dijo que ayer "era un día triste para la cultura en Bilbao". Intxaurraga, que también ocupaba la presidencia del Consejo de Administración del teatro cuando Iturri fue contratado en 1987, destacó la interesante labor que éste ha realizado al frente del teatro, de titularidad municipal. "Iturri ha conseguido cumplir los objetivos del Arriaga. El teatro ha contado con una programación de alto nivel y su nombre ha sido conocido fuera de Bilbao gracias a las producciones de teatro y ópera que ha dirigido en otros escenarios". La desaparición de Iturri llega en pleno proceso de revitalización de la captación de patrocinadores privados para la financiación del Arriaga. Tras cerrar el pasado ejercicio con una inyección de fondos extraordinaria para cubrir las pérdidas, Iturri había puesto en marcha un programa, dirigido a empresas, de venta de entradas por anticipado. En paralelo, impulsó una programación bajo el título Arriaga, escenario de Europa. Dentro de estos proyectos de colaboración con otros teatros, Iturri estrenó en el Teatro de la Ópera de Aquisgrán su último montaje, Don Sebastiano, de Gaetano Donizetti. Intxaurraga cree que a la pérdida de Iturri no debe afectar a las actividades del Arriaga. "Luis ha creado un equipo consolidado que garantiza un futuro esperanzador", dijo ayer. El pintor Iñaki García Ergüín, estrecho colaborador de Iturri, aseguró ayer que el director manejaba el color y la luz "como si pintara sobre el escenario". Juntos pusieron en marcha la escenografía de Carmen y más recientemente de una Manon, de Massenet, que contó con la interpretación de María Bayo. García Ergüín recordaba ayer que en la cabeza de Iturri bullían nuevos proyectos. El ex concejal Angel Ortiz Alfau fue más concreto: "Teníamos pendiente un recital de poemas de Unamuno, para homenajearle este año con motivo del centenario de la Generación del 98". MÁS INFORMACIÓN EN PÁGINA 43

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