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Pamplona teme convertirse en el centro de la "ruta del bakalao" vasca y riojana

El Ayuntamiento de Pamplona no está dispuesto a que el control sobre el cierre de bares en Euskadi y en La Rioja acabe convirtiendo a Pamplona en el destino final de la ruta del bakalao, vinculada al tráfico y consumo de drogas, especialmente las de diseño. La policía ya ha dado su primer palo al trapicheo. Fue en el pub Fanny, en la calle Monasterio de Cilveti, sobre las 7.30 del pasado domingo. Tardaron una hora en registrar e identificar a sus casi cien ocupantes tras cerrar las calles adyacentes. El botín recogido en el suelo del local fue espectacular: 1.409 dosis de hachís, 2.403 dosis de speed, 18 dosis de cocaína, 86 dosis de éxtasis y cuatro comprimidos, además de ocho navajas y un puñal. Asimismo, se aprehendieron de 215 dosis de hachís, 27 de speed, 70 de éxtasis y dos de cocaína cuyos poseedores no las tiraron a tiempo. El jefe de la policía municipal, Jesús Ganuza, confirmó ayer que la vigilancia va a continuar en locales que abren a las 06.00 tras haber cerrado las 02.00. Gamuza dijo que había "demasiados movimientos extraños, quejas y alborotos". Se han abierto diligencias por posesión de drogas a diez personas y se han presentado tres denuncias por amenazas, agresión, e insultos a los agentes. Una fuente policial añadió que el tráfico y consumo de drogas ha llegado a ser "insultantemente público" tanto en ese como en otros locales.

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