Vieri, el consentido
«No ves lo que pasa en el campo. Estás loco. Hijo de puta». Con sus insultos al ser sustituido ante el Mallorca, Christian Vieri encontró la fórmula mágica con la que persuadir a Jesús Gil de la necesidad de acabar cuanto antes con Radomir Antic. Lejos de reprochar su grave gesto de indisciplina, el club lo ha premiado forzando el adiós anticipado de Antic, anunciando su marcha para el año que viene y aireando la llegada de Sacchi. Es la pauta de la temporada: Vieri tiene licencia para todo.Las relaciones entre Vieri y el técnico están rotas desde hace tiempo. El curso ya ha reunido numerosos incidentes entre uno y otro. Nada más comenzar la Liga, el italiano criticó publicamente los métodos de entrenamiento. Más tarde, tras una discusión, llegó a coger al técnico de las solapas. También forzó que Gil se reuniera con ambos y que desacreditara al técnico -Vieri reclamó otro método de trabajo y Gil le advirtió al serbio: «has tomado nota»-. Desde ese día, el italiano ha abandonado las sesiones de trabajo cuándo y cómo ha querido. El suceso del domingo, la secuencia de los insultos, no es más que la consecuencia de la política de concesiones que el club ha tenido hacia con Vieri.
Se podría calificar ahora a Vieri como un héroe del vestuario, ya que la mayoría de sus componentes deseaban desde hace tiempo la marcha del técnico. Pero no es así: Vieri cuenta casi con tantos detractores entre sus compañeros como Antic. Porque a diferencia de lo que ocurrió en años pasados, el vestuario actual del Atlético no está unido.
El final de la historia no deja de ser una paradoja. Antic resquebrajó la anterior plantilla para ganarse adeptos y construyó una nueva en torno a la figura de Vieri, a quien ha revalorizado se mire por donde se mire. Y ha sido precisamente el italiano el que ha firmado su sentencia de muerte.
