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Un matrimonio español, entre las 53 víctimas del accidente aéreo de Bogotá

El español Antonio León, de 27 años, y su esposa, la ecuatoriana Karina Zúñiga, de 20 y embarazada de cinco meses, son dos de las 53 personas que murieron el lunes en el accidente aéreo ocurrido cerca de la capital colombiana. El matrimonio, afincado en Amposta (Tarragona), había conectado desde Barcelona con el vuelo de Air France París-Bogotá y, después de una escala de más de una hora, abordó el Boeing 727 de Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos (TAME) con destino a Quito. Cuatro minutos después de despegar, el aparato se estrelló contra uno de los cerros que cercan por el Este la capital.

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El avión, repleto de combustible, estalló y los cuerpos de las víctimas quedaron completamente destrozados. Según informes dados por Air France al consulado español en Bogotá, Nancy Rodríguez, procedente de Málaga figuraba en la lista de pasajeros del fatídico vuelo. Pero la cónsul María Dolores Ríos desmintió las versiones que elevaban el número de víctimas españolas en la catástrofe. La confusión se pudo generar porque dos pasajeros, Olga Zunio y Antonio Yarí, ambos ecuatorianos, viajaron desde Madrid para conectar con el vuelo en París, explicó la diplomática. Hoy está prevista la llegada a Bogotá de los familiares de las víctimas mortales europeas, que según los informes oficiales se elevan a 27. Entre ellas hay siete italianos, seis franceses, tres alemanes y otros tantos daneses, incluido un bebé de pocos meses. En Bogotá abordaron el vuelo dos colombianos, un sueco y un hondureño. Los 10 tripulantes eran ecuatorianos y el piloto era miembro de la Fuerza Aérea de su país. Distintas hipótesis se barajaban ayer sobre las causas del siniestro. El avión despegó a las 16.44 de la tarde (las 23.44, hora peninsular española) cumpliendo su itinerario habitual de los lunes, jueves y sábados. «Vire hacia la derecha», advirtió el controlador aéreo al capitán del aparato, Jaime Vazcones, tres minutos después. «Enterado», contestó el piloto. Pero fue demasiado tarde. El avión se estrelló contra un cerro. ¿Por qué el piloto no cumplió con la orden de girar hacia el sur que aparece en todas las cartas de vuelo?. Éste es el interrogante que se plantean los expertos de aviación civil. Para unos fue un lamentable error humano. Otros creen que el controlador tuvo algo de culpa, pues no avisó a tiempo del grave peligro. «El avión siguió la trayectoria del cerro de manera inexplicable», comentó un piloto. El mal tiempo también pudo influir. En el momento del accidente llovía sobre Bogotá y la visibilidad era limitada.

Un aviador consultado aseguró que tuvo que darse una pérdida de potencia en los motores del avión accidentado. «El avión volaba con la nariz hacia arriba y sin fuerza. El capitán no tuvo tiempo para reportar la emergencia y la aeronave no tuvo suficiente fuerza para virar ni para salvar el cerro, en lo que pudo ser la última acción desesperada del piloto». Sólo le faltaron 50 metros para superar la cima. Los restos del avión quedaron esparcidos a uno y otro lado del cerro del Cable, donde están instaladas antenas la policía.

Saqueo de equipajes

Según el diario El Tiempo, el Boeing no tenía instrumentos de localización de altura, lo que provocó que cuando apareció en el radar de la torre de control fuera ya imposible evitar el accidente. Las autoridades aeronáuticas colombianas y los representantes de las dos compañías aéreas (TAME y Air France) se han negado a facilitar un informe, a la espera del resultado de unas investigaciones en las que participan expertos colombianos, ecuatorianos y franceses. Las dos cajas negras fueron encontradas ayer entre los restos del fuselaje mientras continuaban lentamente bajo la lluvia las labores de rescate. Es una tarea penosa, por lo escarpado del terreno, y por la presencia de ladrones, que en cuestión de segundos saquearon lo que quedó de los equipajes. Los restos humanos hallados eran llevados en bolsas negras al Instituto de Medicina Legal de Bogotá para que los familias puedan identificarlos. Sólo el piloto, el copiloto y un guía turístico de Ecuador habían sido identificados ayer.

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