Yeltsin quita los escoltas a Chubáis y Nemtsov para ahorrar dinero
Como en un ascensor. El peso específico político de Anatoli Chubáis y Borís Nemtsov, los dos vicejefes del Gobierno ruso, sube y baja a impulsos del inestable humor del presidente Borís Yeltsin.
El ascensor bajó en noviembre, cuando los dos cachorros reformistas perdieron, respectivamente, los Ministerios de Finanzas y Energía. Subió el 5 de febrero, cuando el líder del Kremlin prometió mantenerlos en sus puestos hasta el año 2000 y apartar a quienes les están atacando. Y volvió a descender ayer, cuando se anunció que, al igual que a otros 10 altos funcionarios, se les despojaba de sus guardaespaldas personales. El motivo oficial, que no conviene tomarse demasiado en serio, es la necesidad de ahorrar.
No está muy claro el alcance en la práctica de la medida, ya que se da por supuesto que tanto Chubáis como Neintsov seguirán teniendo algún tipo de escolta oficial. De no ser así, su vida no valdría un rublo, ya que ambos se han ganado numerosos enemigos. Puede que, a fin de cuentas, se trate de una pérdida de status que, simplemente, revele que sus acciones vuelven a estar en baja. Hasta, que el ascensor suba de nuevo.
Lo que debería haber sido una anécdota casi ocultó ayer la auténtica noticia: el nombramiento de Iván Ribkin, secretario del Consejo de Seguridad y hombre fiel a Yeltsin donde los haya, como nuevo viceprimer ministro encargado de las relaciones con la Comunidad de Estados Independientes, el fracasado embrión de Unión Europea surgido de las cenizas de la antigua Unión de las Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS).
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