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ARCO 98

Los galeristas unen el optimismo a la calidad

El sistema fiscal sobre el arte contemporáneo puede modificarse, según Cultura

La 17ª edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, inaugurada ayer por el príncipe Felipe, arranca con el optimismo de los organizadores y galeristas que, en número de 206 (111 galerías extranjeras), ocupan los pabellones 5 y 7 del parque ferial Juan Carlos I, de Madrid. La intención de Arco 98 es ofrecer "una feria de calidad y que interese al amplio mundo", según su directora, Rosina Gómez-Baeza. Esta edición tiene a Portugal como país invitado, cuyo pabellón será inaugurado hoy por el presidente José María Aznar y, el primer ministro de la República Portuguesa, Antonio Guterres.

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El proyecto Arco se basa en la calidad y en su carácter internacioal, afirmó ayer la directora de la feria, Rosina Gómez-Baeza. "La calidad de la obra expuesta es superior en esta edición y confíamos en el buen momento del mercado. España puede tener un buen mercado y para ello buscamos una selección internacional en galerías y artistas de calidad". También señaló que "el Estado debe aún ayudar al artista, aunque lo privado ocupará el espacio de lo público".La confianza de los organizadores fue secundada por galeristas artistas. La galerista Soledad Lorenzo, del comité organizador, también cree que esta edición es "especial" y que "sorprende por la calidad de las galerías". "Hay un interés visual en la presentación, aunque las piezas no son tan radicales. Hay que destacar los proyectos de instalaciones, que son difíciles de vender a instituciones".

Soledad Lorenzo afirmó que la situación económica en España es "bastante idónea porque no se ha extendido la euforia que atrae a los especuladores". La galerista opina que se necesitan acontecimientos de arte contemporáneo y el apoyo a las colecciones. Señala que el dinero negro no entra en la feria: "Para invertir hay que creer es improbable que ese dinero se vaya a gastar en arte".

Las pegatinas con un 7% impreso fueron distribuidas por asociaciones de galerías y artistas. Soledad Lorenzo dijo que el sistema fiscal "penaliza al arte", al aplicarse en las compras un 16% de IVA. La feria será el escenario de reivindicación de un IVA "más razonable", en torno al 7%. El director general de Bellas Artes, Benigno Pendás, declaró mientras recorría la feria que "las expectativas son razonablemente buenas", con los cambios en el impuesto sobre la renta y en la ley de fundaciones. "Somos sensibles a las reivindicaciones para fomentar el mercado".

"Hay un poco más de alegría aunque no responde a la realidad". El escultor Andreu Alfaro encontraba "un cierto optimismo" en la calidad y cantidad de las obras. Otro artista, Eduardo Arroyo, es un defensor de las ferias -"me interesan más que los museos"- y encuentra en esta edición muchos "cachivaches inútiles". Destaca en un primer vistazo una cabeza de caballo de Pedro Txillida y los cuadros de Manuel Ocampo.

La galerista Oliva Arauna opina que "cada año aumenta la calidad", por lo que se presenta una edición "fantástica" con la consagración de las nuevas tendencias. En los proyectos de Arco hay numerosas instalaciones, junto con las presentadas por otras galerías, donde se equilibra la pintura tradicional con los objetos. "En la creatividad lo bueno lo respetamos todos, y es más importante lo que te dice que los materiales empleados".

En cambio, el galerista Norberto Dotor (Fúcares) cree que "la feria necesita urgentemente una renovación", con medidas que afecten a su extensión y carácter internacional. "En las artes plásticas, España va para atrás", dice, y pone como ejemplos la destitución de Gloria Moure como directora del museo de Santiago de Compostela y el programa de exposiciones del Museo Reina Sofía.

Primeras ventas

Los primeros puntos rojos aparecieron sobre obras antes de la apertura oficial. Del pintor Guillermo Pérez Villalta se vendían dos cuadros, uno de ellos por cuatro millones, y de Juan Ugalde otro que superaba el millón de pesetas.Las visitas también se adelantaron a la inauguración, como la de Ana Botella, que estuvo también en la Pasarela Cibeles, tras acudir a un bufé oficial, donde hubo más personas que platos. Ana Botella inició su recorrido por la galería Manuel Ojeda, de Las Palmas, y la Marlborough, donde un coleccionista ha puesto a la venta El campo del Moro, una obra de Antonio López de 1960 que se vende por 90 millones de pesetas.

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