26 años después de Paquito
Será la tercera vez que el olimpismo tenga su sede en Japón. Tokio organizó ya los Juegos de verano de 1964 y Sapporo, en la isla de Hokkaido, al norte, los de invierno de 1972. El regreso a Japón sólo puede traer un feliz recuerdo para España, porque allí ganó Francisco Fernández Ochoa la primera medalla de oro individual de nuestro deporte. Era uno de los candidatos para estar entre los mejores en el eslalon, pero ni mucho menos el gran favorito .Su genio hizo lo demás y puso el listón altísimo para la penuria española casi endémica en la nieve y el hielo. Sólo su hermana Blanca, 10 años después, mantuvo también en solitario y durante otra década, al esquí español. Y puso el broche de bronce a sus éxitos en la Copa del Mundo con la medalla en el eslalon de los Juegos de Albertville 92.Tras un gran vacío, en el nuevo orden de valores femenino, con las alemanas oscureciendo a Deborah Compagnoni, ha vuelto a subir en cotización Ana Galindo, que rozó el podio en el último gigante de Are (Suecia). Su cuarto puesto, igualando el de la temporada pasada en Soelden (Austria) y mejorando el octavo anterior de la actual, han reavivado las esperanzas de que el esquí español logre de nuevo medallas. Ella parece la única capaz, pues Ainhoa Ibarra ha bajado su rendimiento, y María José Rienda no ha acabado de dar el salto, como Mónica Bosch en eslalon. Rondar los 10 primeros puestos, o meterse, como Ainhoa en los Mundiales de Sierra Nevada 96, bastaría. No habrá hombres. No hay nivel. Sólo Paquito, con los veteranos...
En el esquí de fondo, Juan Jesús Gutiérrez volverá a intentar estar entre los 10 primeros de los 50 kilómetros. Logró brillar en Copa del Mundo antes de Juegos anteriores, pero no pudo reeditarlo. Le acompañarán, ÁlvaroGijón, Jorge Ribó, Diego Ruiz y Harit Zunzunegui. Tratarán de no desentonar demasiado en la élite nórdica. Y para Marta Andrade, en patinaje artistico, sería un logro quedar entre las 20 mejores. Todo muy discreto.
