Valdemorillo abre la temporada taurina

El verano empieza en febrero. Por lo menos, e independientemente de los fríos, en lo que a los toros se refiere. La población madrileña de Valdemorillo abre la puerta de chiqueros, el próximo miércoles y, como cada año y si el tiempo no lo impide (pocas veces la frase está tan justificada), dará inicio la larga marcha hasta el cierre de temporada en noviembre. Este año la feria serrana denuncia su verdadera vocación y se aproxima unos pasos a la capital.

La plaza portátil, que acoge tres corridas de toros y dos novilladas, se sitúa en la entrada natural de lapoblación desde la carretera de El Escorial. "Los aficionados de Madrid lo tendrán mucho más fácil para llegar y, sobre todo, aparcar", dice el empresario de la plaza, José Félix González.Por lo demás, y fiel a la tradición, los empadronados de la localidad disponen de un festejo gratis; las reses se exhiben con anterioridad en el Batán; se celebra un encierro cada día a las 11 de la mañana y los precios de las entradas se mantienen estables (2.500 pesetas la más barata para las novilladas y 6.500, en barrera).

Apuesta

"Desde un punto de vista empresarial, puede parecer descabellado semejante oferta para una población de cerca de 4.000 habitantes", dice González en un arranque perfectamente ensayado. Acto seguido, justifica su apuesta. Con tan sólo cinco años de experiencia, este empresario organizó 102 festejos el año pasado, una cifra que le colocó entre los tres primeros en lo que a la cantidad se refiere, y sus aspiraciones le condujeron a participar en los concursos de explotación (perdidos y fieramente criticados por él) de plazas como las de Madrid, Valencia y Alicante. "Está claro que la repercusión que tiene Valdemorillo te capacita para optar a cosos más importantes", comenta sin disimular su gesto emprendedor, quizá ambicioso. En los carteles, además de figurar novilleros que hicieron buena campaña en el 97, destaca una oferta seria y variada en la que los índices de expectación se disparan delante de la única matadora de toros doctorada en España (Cristina Sánchez lo hizo en la población francesa de Nimes): María Paz Vega, que tomó la alternativa el septiembre pasado en Cáceres. La idea que tiene de su participación en Valdemorillo esta espada de 22 años no admite interpretaciones: "Si salen las cosas bien, tienes opción para más". ¿Cuánto más? "Me conformo con placearme y, quizá, entrar en alguna feria importante". Por otro lado, su concepto de placeo tiene precio: "En éste, mi primer año, 30 festejos sena si duda todo un éxito". Mari Paz alternará con Juan Carlos García y Alberto Elvira el día 8, con toros de Cebada Gago.Éste último llega a la feria después de triunfar en Colmenar donde amarró el premio por la mejor faena. "Inolvidable, un toro de la ganadería de Ortega Cano, enorme, muy serio que no se dejó picar. No humillaba", recuerda Elvira. Ahora se presenta con el sueño de llegar a confirmar la alternativa este año antes de San Isidro. "De momento, sólo tengo esta corrida. Sé que el público de Valdemorillo es muy entendido, frío, no aplaude y en ello están todas mis bazas", dice. A sus 23 años, sus oportunidades corren a cuenta de una afición y ganas al margen de las escuelas: "Ni siquiera sé banderillear. Yo me he hecho en el campo y, todo sea dicho, en compañía de José Tomás".

Ricardo Ortiz, duda

El resto de los carteles de las corridas de toros están compuestos por el rejoneador Miguel García y los matadores José Luis Bote, Rafael Castañeta y José Pacheco El Califá (día 5), y Ricardo Ortiz, Luis Miguel Encabo y Antonio Ferrera (día 6). En esta terna es duda Ortiz. Una cogida el 4 de enero en Marbella acabó con un tobillo fracturado. Eso sí, el animal acabó sin orejas. Hace apenas cinco días que le han retirado la escayola y, ahora, quedan por delante unas apresuradas jornadas de rehabilitación y, por supuesto, "muchas ganas, que está todo por hacer".