El centro histórico de Lisboa se derrumba

La degradación de cientos de edificios en el centro de Lisboa está alcanzando proporciones alarmantes. Un estudio entregado al alcalde socialista, Joâo Soares, informa de que 124 edificios de propiedad privada (el 30% habitados) se encuentran en riesgo de "ruina inminente", completamente "irrecuperables", y otros 179, "en estado grave". Casi cada semana se derrumba una casa, con riesgo para la seguridad pública. El arquitecto Vítor Reis, concejal conservador del primer partido de la oposición, asegura que el asunto es "un escándalo y una irresponsabilidad".

A juicio de Vítor Reis, el Ayuntamiento practica una "política de fachada: limpia el exterior pero esconde la podredumbre". Un edificio deshabitado de la calle de Luciano Cordeiro se derrumbó en la noche del pasado 20 de enero. Sólo quedó en pie la fachada, pero los escombros alcanzaron el exterior y provocaron daños de consideración en diversos coches aparcados en la calle. Días antes, el 23 de diciembre, los inquilinos del número 50 de la Calzada de las Necesidades, un edificio que no figuraba en la lista negra, tuvieron que abandonar súbitamente sus viviendas para evitar que las paredes les cayeran encima. "Fue un golpe de suerte", reconocía María Figueirinhas, del Servicio de Protección Civil.A la vista de los últimos casos, la alarma ha saltado sin exageraciones ni sensacionalismos. El concejal del conservador Partido Social Demócrata (PSD), el arquitecto Vítor Reis, considera que la situación es "gravísima" "Ya murió una persona y podemos decir que Lisboa es una ciudad con suerte porque existen cientos de edificios a punto de derrumbarse y no se comprende cómo el Ayuntamiento, que sabe perfectamente lo que ocurre, no toma medidas inmediatas. Es una emergencia y una cuestión de seguridad".

Las causas de la degradación están concretamente repartidas: durante años, los propietarios no han realizado obras de conservación y ahora prefieren dejar caer los edificios para vender luego los terrenos mientras los inquilinos, algunos con rentas muy bajas, se lavan las manos. A este grave problema de casi todas las ciudades históricas, se une la falta de presupuesto para la rehabilitación urbana y la ausencia de una legislación que permita adoptar soluciones excepcionales sin el freno de los propietarios.

Vacío legal

Una lista de edificios en riesgo, elaborada en 1996, establecía que cerca de 400 edificios deberían ser demolidos o recuperados, lo que provocó que en el invierno de ese año fueran derruidos 130 inmuebles, 74 de ellos en barrios históricos. Asimismo, un reciente informe del Servicio de Protección Civil del Ayuntamiento cifra en 1.200 los edificios degradados que necesitarían una rápida rehabilitación.El concejal responsable de Vivienda y Seguridad, Vasco Franco, explica que el origen de esta situación "tiene una historia de muchas décadas: el tipo de construcción y los materiales de los edificios en riesgo, construidos en torno a los años veinte, no fueron realmente buenos; las rentas se trasladaban automáticamente de padres a hijos y el vacío legal nos impide adoptar medidas de emergencia frente a la especulación". Para solucionar todo eso, Vasco Franco explica que el Ayuntamiento "está dinamizando la renovación de las obras y la actualización de rentas (que impide su transferencia automática), impulsa la rehabilitación en zonas históricas y prepara, de acuerdo con el Gobierno, un decreto de expropiaciones para abordar los problemas de los edificios vacíos en el centro de la ciudad".

Esta ley permitiría al Ayuntamiento vender esos inmuebles y devolver ese dinero a los propietarios. El arquitecto Vítor Reís advierte seriamente que "el peor emblema turístico para Lisboa, en un año como el de la Expo Universal, sería que un edificio caiga sobre un turista".