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CRISIS EN LOS MERCADOS

Corea del Sur lanza un angustioso llamamiento al FMI para que le entregue los préstamos prometidos

ENVIADO ESPECIALCorea del Sur lanzó ayer un angustioso llamamiento al Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir urgentemente las ayudas prometidas y evitar el colapso financiero. El presidente de la República, Kim Young Sam, pedía perdón por la catástrofe, en un breve discurso televisado. Pero a los tres minutos de abrirse el mercado de divisas, el won, la moneda local, se depreciaba otro 10%, 1.719,80 por dólar. Ello obligó a las autoridades a suspender, la contratación, igual que la jornada anterior. La Bolsa de Seúl cerró con una pérdida del 5,6%.

El gobernador del banco central ofrecía su dimisión sin que, por el momento, haya sido aceptada y el ministro de Economía y Finanzas, Lim Chang Yuel, convocaba a la prensa para transmitir a Gobiernos e inversores extranjeros el mensaje de que su país cumplirá con el espíritu y la letra del acuerdo de intenciones suscrito con el FMI para la entrega de una ayuda internacional de 55.000 millones de dólares (8,19 billones de pesetas), de los cuales 21.000 (3,12 billones) deben ser entregados por el Fondo en varios tramos.El ministro de Economía debe sentir desde hace dos semanas un sudor frío viendo cómo el Gobierno se ve forzado a pulverizar las reservas de divisas para frenar el estratosférico descenso del won y cumplir con las obligaciones de la deuda, más de la mitad a medio y corto plazo. Sin embargo, ayer no perdió la compostura cuando, antes de iniciar una conferencia de prensa con medios extranjeros, fue saludando uno a uno a los asistentes.

El responsable de tan delicada cartera, la más detestada en estos momentos por cualquier ciudadano surcoreano, manifestó que la petición de auxilio al FMI es "una píldora muy dura de tragar para nuestro orgullo, pero inevitable si queremos que la economía vuelva pronto a despegar". Y ese "pronto" lo fija en 1999, cuando las previsiones oficiales de crecimiento son más modestas que las calculadas por los expertos del FMI (5,6% frente a 6,6%) y en el 2000, año en el que la balanza por cuenta corriente convertirá el déficit de 13.500 millones de dólares (2 billones de pesetas) previsto para 1998 en un superávit de 2.200 millones.

La depreciación del won es "irreal y exagerada", y no está exenta de "tensiones especulativas", dijo ayer Lim Chang Yuel, quien se mostró convencido de que la tendencia cambiará "en unos pocos días" una vez que empiecen a notarse los efectos de las primeras medidas para liberalizar el mercado y se proceda a la reforma del sector financiero. El titular de Economía y Finanzas consideró suficientes los préstamos de 57.000 millones de dólares concedidos por el FMI, el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo y países encabezados por EE UU y Japón. "Es más, confío en que no tengamos que hacer uso de todo el dinero", aseguró.

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