Nueva pérdida de aire en un módulo de la 'Mir' mientras los astronautas intentan trabajar

La tripulación rusa hizo compras por Internet en Estados Unidos

Los dolores de cabeza han vuelto a la sufrida estación orbital rusa Mir: en la noche del martes al miércoles hubo una nueva caída de presión en el módulo Kvant 2, que es el que utilizan los astronautas para salir a sus paseos espaciales. La despresurización se produjo en la última esclusa, la misma que no se pudo cerrar herméticamente después de la penúltima salida al espacio de Anatoli Soloviov y Pável Vinográdov. Mientras tanto, se han iniciado ya los preparativos para los entrenamientos de otros astronautas rusos ante la fase de montaje de la estación internacional Alfa.

La pérdida d...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los dolores de cabeza han vuelto a la sufrida estación orbital rusa Mir: en la noche del martes al miércoles hubo una nueva caída de presión en el módulo Kvant 2, que es el que utilizan los astronautas para salir a sus paseos espaciales. La despresurización se produjo en la última esclusa, la misma que no se pudo cerrar herméticamente después de la penúltima salida al espacio de Anatoli Soloviov y Pável Vinográdov. Mientras tanto, se han iniciado ya los preparativos para los entrenamientos de otros astronautas rusos ante la fase de montaje de la estación internacional Alfa.

Más información

La pérdida de presión fue repentina, ya que después de que los astronautas hicieran su último paseo, hace una semana, quitaron de la escotilla una película blanca que se había formado por causas desconocidas y que aparentemente era la que impedía cerrarla herméticamente. Por tanto se creía que había cesado la fuga de aire.Ahora, el ruso Soloviov y el estadounidense David Wolf tendrán que revisar otra vez la escotilla cuando salgan al espacio el 5 de diciembre. Los expertos creen que será necesario reemplazar la goma de la escotilla, operación considerada sencilla. La caída de presión en la última esclusa del Kvant-2 no supone ningún peligro ni para la tripulación ni para la estación orbital, afirmaron ayer en el Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE), en Koroliov a 19 kilómetros de Moscú.

Trabajo científico

Si se hace abstracción de este problema, los últimos días han sido bastante tranquilos para la tripulación de la Mir, la cual, gracias al nuevo panel solar que montó hace una semana, ha podido reanudar los programas científicos. Ayer, por ejemplo, se dedicaron a experimentos médicos. Los astronautas rusos incluso lograron hacer algunas compras en EE UU, directamente desde la Mir: con sus ordenadores, se conectaron a Internet y adquirieron algunos regalos navideños para sus familias.Por otra parte, VIadímir Lobachov, dirigente del CCVE, declaró ayer que en seis meses comenzarán los entrenamientos de astronautas rusos para el montaje de la plataforma internacional Alfa, cuyo primer módulo se debe poner en órbita a mediados del año próximo.

A estos efectos se ha construido un nuevo edificio junto al antiguo del CCVE -desde donde se controla la Mir-, y como éste, tendrá tres salas, cada una con sus propios equipos. Esto permitirá a los controladores procesar simultáneamente la información enviada por varias naves espaciales.

"Lo hemos hecho antes en muchas oportunidades; por ejemplo, hemos controlado simultáneamente el transbordador ruso Burán y la estación Mir", señaló Lobachov. Los ordenadores serán comprados a la firma estadounidense Hewlett-Packard, pero el software (programas) será elaborado por especialistas rusos.

La Mir, lanzada al espacio hace 11 años y diseñada para durar tres, comenzó la actual fase de serios percances en febrero de este año, cuando se desató un incendio a bordo que se pudo sofocar pero supuso un primer aviso. En junio se produjo el choque con una nave de carga durante una maniobra con cuyas consecuencias todavía lidian los astronautas.

Por otra parte, ayer fue lanzado desde Baikonur, el cosmódromo situado en las estepas kazajas, el primer satélite ruso de comunicaciones bancarias. Kupón pesa 2,5 toneladas y permanecerá en funcionamiento durante tres años al servicio exclusivo del Banco Central de Rusia.

Archivado En