Los dos astronautas de la estación 'Mir' se dan un paseo espacial de seis horas

Los tripulantes hicieron arreglos para asegurar el suministro eléctrico

Los astronautas rusos Anatoli Soloviov y Pável Vinográdov permanecieron ayer seis horas, una más de lo previsto, en el exterior de la estación Mir y realizaron con éxito una serie de complejos trabajos cuyo principal objetivo es aumentar el potencial eléctrico de la estación que, después del choque del 25 de junio pasado, se ha visto obligada a funcionar en un régimen de severo ahorro energético. La salida de los astronautas rusos estaba prevista para las dos y media de la madrugada, hora peninsular española, pero sólo pudo empezar dos horás más tarde.

El problema al que se enfrenta...

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Los astronautas rusos Anatoli Soloviov y Pável Vinográdov permanecieron ayer seis horas, una más de lo previsto, en el exterior de la estación Mir y realizaron con éxito una serie de complejos trabajos cuyo principal objetivo es aumentar el potencial eléctrico de la estación que, después del choque del 25 de junio pasado, se ha visto obligada a funcionar en un régimen de severo ahorro energético. La salida de los astronautas rusos estaba prevista para las dos y media de la madrugada, hora peninsular española, pero sólo pudo empezar dos horás más tarde.

El problema al que se enfrentaba la salida espacial era un fallo en la escafandra rígida Orlán del comandante Soloviov, que no permitía enviar a la Tierra una serie de datos importantes, como, por ejemplo, la temperatura y la presión que hay en el interior del traje espacial. Aunque el problema fue solucionado sólo en parte, el Centro de Control de Vuelos decidió seguir adelante con el paseo espacial, advirtiendo a Soloviov que informara periódicamente de forma verbal sobre la temperatura y la presión de su traje. "Es una situación desagradable, pero no es peligrosa", comentó al respecto VIadímir Soloviov, el director de la misión espacial quien, a pesar de tener el mismo apellido, no es pariente del actual comandante de la Mir.Lo primero que hicieron los rusos al comenzar su paseo fue lanzar una réplica del primer satélite artificial, el famoso Spútnik, que hace poco más de 40 años dio comienzo a la era espacial. La réplica, a un tercio del tamaño original, fue hecha por escolares franceses y rusos y durante un mes transmitirá señales que podrán captar los radioaficionados del todo el mundo. El primero en sintonizarlas fue el astronauta de la NASA David Wolf, que durante la salida de los rusos permaneció de guardia en la estación.

La tarea mas complicada fue desmontar un panel solar viejo, que había sido llevado desde el módulo Kristall al Kvant a fines de 1995 y fijarlo en el exterior del bloque central. En el lugar dejado libre, los cosmonautas instalarán el jueves próximo un nuevo panel, con el que se solucionarán los problemas de abastecimiento eléctrico de la estación hasta fines de 1999, fecha prevista de abandono de la Mir.

Soloviov y Vinográdov pusieron, además, un tapón en el lugar donde se instalará otro sistema Vózduj, que se usa para regenerar el aire en el interior de la estación. Por último, cortaron un trozo de un panel viejo para enviarlo a la Tierra para su estudio.

Aniversario de Laika

El primer astronauta, como bien se sabe, no fue una persona, sino un perro: la famosa Laika, de cuyo vuelo ayer se cumplieron exactamente 40 años, por lo que se descubrió una placa conmemorativa en el laboratorio donde Laika -un vulgar perro callejero- pasó 10 años de entrenamiento.Laika fue lanzada a bordo del Spútnik-2 un mes después del lanzamiento del primer satélite artificial y murió como a las cinco horas de vuelo: el satélite se recalentó hasta más de los 40 grados. En cualquier caso, tenía que morir en órbita, ya que no existía un módulo de regreso. Laika no fue el primer perro sacrificado en aras de las astronáutica. Ya por el año 1953 se empezaron a hacer experimentos durante los que enviaban perros en cohetes a 100 o 200 kilómetros de altura.

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