FÚTBOL: OCTAVA JORNADA DE LIGA

Alfonso rompe el maleficio

Un penalti propicia la primera victoria del Betis en casa

El fútbol nunca perteneció a las ciencias exactas, pese a la abundancia de coeficientes matemáticos que maneja. Un solo gol, y de penalti. Tan modesto bagage sirvió, sin embargo, para que el Betis lograra una tonelada de objetivos. Un gol psicológico en el diván de Luis Aragonés. Por primera vez en la Liga, el Betis se adelantaba en su estadio y empezaba ganando un partido, algo de lo que se había olvidado. su afición. Por primera vez conseguía una victoria en el Villamarín después de tres empates consecutivos. Por primera vez, todo hay que decirlo, no marcaba Oli en Heliópolis.La historia...

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El fútbol nunca perteneció a las ciencias exactas, pese a la abundancia de coeficientes matemáticos que maneja. Un solo gol, y de penalti. Tan modesto bagage sirvió, sin embargo, para que el Betis lograra una tonelada de objetivos. Un gol psicológico en el diván de Luis Aragonés. Por primera vez en la Liga, el Betis se adelantaba en su estadio y empezaba ganando un partido, algo de lo que se había olvidado. su afición. Por primera vez conseguía una victoria en el Villamarín después de tres empates consecutivos. Por primera vez, todo hay que decirlo, no marcaba Oli en Heliópolis.La historia del partido se resume simbólicamente a la historia de ese gol. Y ese hipotético historiador empezaría la narración de los hechos con su auténtico protagonista: Alfonso. El delantero de Getafe se echó toda la responsabilidad encima. En la jugada decisiva y a lo largo del partido. Ha debido ver muchas veces en vídeo el gol de Ronaldo en San Lázaro, el que propició la catilinaria extemporánea de Caneda cuando tomó a sus futbolistas como súbditos. Alfonso puso la quinta y se dejó de arabescos: sustituyó el zigzag del brasileño por la línea recia. Los defensores gallegos eran liebres de una carrera que tenía un vencedor claro. Se plantó ante el holandés Ponk y lo trabaron al alimón Saula y Bellido. Alexis disparó el penalti y adelantó al Betis.

El Compostela planteó un buen planteamiento defensivo sin renunciar al ataque. No se encerró en ningún momento, pero sus aberturas carecieron de claridad. En la primera parte, su peligro se limitó a una vaselina de Manuel que salvó bajo los palos Solozábal. En la segunda, sólo en los minutos finales dos faltas consecutivas lanzadas por Chiba llevaron la zozobra a la grada. Y también a un equipo al que le pesaban los minutos y la historia de los reveses recientes.

En la segunda parte podrían haber quitado las porterías. Casi todo el juego transcurrió en tierra de nadie. El Betis no estaba para lujos asiáticos y el gol, aun de penalti, le sabía a gloria bendita. Luis dio descanso a Finidi y a Alexis y en su lugar salieron Iván Pérez y Bjeliça, respectivamente. Los dos se metieron rápido en la pelea y recibieron sendas tarjetas amarillas. Nadie quiere ser suplente en este Betis.

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