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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Narcotráfico oficial

CUANDO MÉXICO comienza a ensayar nuevas fórmulas de cohabitación democrática, a raíz de la nueva mayoría de oposición que rige su Cámara de diputados, otro escándalo relacionado con el narcotráfico sacude a la población. Nuevamente es la desprestigiada Procuraduría General de la República (fiscalía de la Nación) la que está en la picota al ser descubierto en el interior de uno de sus aviones un alijo de 59 kilos de cocaína, con el agravante de que quienes protegían el cargamento eran 18 funcionarios que habían sido entrenados en EE UU.El hecho de que hayan sido las propias autoridades mexicanas las que han descubierto el escándalo no deja de ser alentador en un país donde la policía y la justicia no alcanzan las mínimas cotas de credibilidad. La Procuraduría gasta el 75% de su presupuesto en combatir al narcotráfico, pero estos medios y la buena. fe de las autoridades serán siempre insuficientes si no van precedidos por una limpieza por dentro de la Casa, que es a todas luces en donde se encuentra el mal.

El escándalo se produce días antes de que el presidente Bill Clinton rinda informe ante el Congreso sobre la capacidad de México para controlar el narcotráfico dentro de sus fronteras, sobre todo después de que el mandatario estadounidense fuera su principal valedor en marzo último ante unos congresistas más que hostiles frente la la llamada certificación.

Sería injusto que el Congreso se agarrara a este nuevo suceso para desenterrar su vieja hostilidad con su vecino del Sur en cuanto al control del narcotráfico; la condición de granero de la droga se la da a México no sólo su situación geográfica sino el gran mercado de consumo de EE UU. Si al Congreso norteamericano se le debe reclamar comprensión y respeto -la certificación es una injerencia en otro país-, de México sólo se puede esperar un castigo ejemplar con sus malos funcionarios. Es lo mínimo que se puede pedir a Zedillo si lo que desea es credibilidad para México.

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