Una drástica reducción del sueldo

Vasili Tsiblíyev y Alexandr Lazutkin han sido los protagonistas de la expedición más azarosa que jamás se ha producido en la estación orbital Mir. "Esto no ha sido una misión, sino una constante pesadilla", comentó Olga Kozerenko, jefa del grupo de apoyo psicológico a los cosmonautas, refiriéndose al sinfín de incidentes que sufrieron Tsiblíyev y Lazutkin.Primero tuvieron que sobrevivir a un incendio, que se declaró el mismo mes de febrero según llegaron a la Mir. Apagaron rápidamente las llamas, pero la herida psicológica que dejaron parece que, no se cerró nunca, al menos para ...

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Vasili Tsiblíyev y Alexandr Lazutkin han sido los protagonistas de la expedición más azarosa que jamás se ha producido en la estación orbital Mir. "Esto no ha sido una misión, sino una constante pesadilla", comentó Olga Kozerenko, jefa del grupo de apoyo psicológico a los cosmonautas, refiriéndose al sinfín de incidentes que sufrieron Tsiblíyev y Lazutkin.Primero tuvieron que sobrevivir a un incendio, que se declaró el mismo mes de febrero según llegaron a la Mir. Apagaron rápidamente las llamas, pero la herida psicológica que dejaron parece que, no se cerró nunca, al menos para Tsiblíyev. Aunque fue un pequeño incendio, el problema es que les cortó las vías de escape a la nave Soyuz TM-25 en la que deberían huir a la Tierra en un caso de emergencia en el que peligraran sus vidas.

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Después pasaron por otros problemas: fallaron los dos sistemas de generación de oxígeno Elektrón y tuvieron que recurrir, como lo están haciendo ahora, a pastillas especiales que queman en el generador de combustible sólido para generar el vital elemento; hubo también escape de gases, se echaron a perder tres de las 22 válvulas del sistema de regulación térmica y la culminación de las desgracias -pero no su fin- fue el choque de la nave de carga que estaba siendo reacoplada manualmente con el módulo Spektr, ocurrido el 25 de junio pasado. Más tarde, por equivocación se desconectó un cable del ordenador de abordo que hizo a la estación perder su buena orientación hacia el Sol y, finalmente, falló otra vez el sistema de generación de oxígeno Elektrón.

De algunas de estas desgracias -por lo menos del choque y de la desconexión del cable del ordenador- se culpa a la tripulación, concretamente al comandante Tsiblíyev. Ahora una comisión será la encargada de determinar el grado de culpa de los cosmonautas y, si ésta existiera, el monto de la sanción. Según el contrato que firman los cosmonautas, por fallos humanos les pueden descontar como máximo el 30% de su sueldo.

Pero ahora se han levantado numerosas voces en defensa de los sufridos cosmonautas. Por ejemplo, Guennadi Strekálov, quien en su época fue multado y tuvo que ir a juicio para recibir el dinero que le correspondía, apunta que el choque fue culpa tanto de la tripulación como del Centro de Control de Vuelos (CCV). "Los especialistas del CCV no tomaron en consideración el hecho de que Tsiblíyev y Lazutkin ya llevaban cinco meses en órbita, tiempo en el que no se habían podido repetir los ejercicios aprendidos en Tierra y que, además, habían sufrido un incendio. La tripulación no estaba preparada psicológicamente para realizar el reacoplamiento manual y el CCV no lo compredió", opina Strekálov.

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