El presidente de Brasil apoya a Pelé frente a Havelange
La amenaza de desafiliar a Brasil de la FIFA y dejarlo al margen de la Copa del Mundo de 1998, formulada por el presidente de esta entidad, Joáo Havelange, provocó ayer una airada reacción en el Gobierno y el Parlamento brasileños. Havelange ratificó que no ha de titubear en expulsar a Brasil de la FIFA si el Congreso brasileño aprueba el proyecto de ley del fútbol, elaborado por el ministro de Deportes, Edson Arantes do Nascimento, Pelé. "La FIFA es una entidad privada que existe desde hace más de 100 años y elabora sus estatutos de la forma que le conviene; a pesar de las recientes reformas, continúa en vigencia el principio básico que prohíbe la injerencia de los gobiernos nacionales", dijo Havelange.
El presidente de la República, Fernando Henrique Cardoso, declaró a través de su portavoz que las amenazas de Havelange "no le preocupan" y que seguirá adelante con el proyecto. El presidente del Senado, Antonio Carlos Magalhaes, proclamó indignado que "nadie le da órdenes al Congreso, ni siquiera el presidente de la República, mucho menos la FIFA".
El proyecto de Pelé está dirigido a terminar con el poder de las federaciones. La iniciativa pretende que los clubes se conviertan en empresas comerciales y los árbitros constituyan sociedades independientes. Asimismo, los jugadores tendrían derechos absolutos sobre su transferencia.
A pesar de la firme reacción de Cardoso, algunos comentaristas políticos de Brasilia señalaron que el presidente está preocupado ante la posibilidad de que la Copa del Mundo de Francia 98 se juegue sin Brasil, tres meses antes de las elecciones presidenciales.
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