Cartas al director

En memoria de Arístegui

En EL PAÍS del día 9 de julio aparece una información en la que se hace referencia expresa a nuestro padre, Pedro Manuel de Arístegui, sobre la que quisiéramos hacer algunas puntualizaciones, sin ánimo de entrar en polémica con ninguna de las partes:1. Pedro Manuel de Arístegui era un dedicado servidor del Estado de profundas convicciones democráticas, como demostró a lo largo de su larga vida profesional consagrada al servicio público y de sus ideales de tolerancia y convivencia en paz, que fueron los que siempre le movieron a aceptar los puestos de mayor dificultad y riesgo. Ese afán ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En EL PAÍS del día 9 de julio aparece una información en la que se hace referencia expresa a nuestro padre, Pedro Manuel de Arístegui, sobre la que quisiéramos hacer algunas puntualizaciones, sin ánimo de entrar en polémica con ninguna de las partes:1. Pedro Manuel de Arístegui era un dedicado servidor del Estado de profundas convicciones democráticas, como demostró a lo largo de su larga vida profesional consagrada al servicio público y de sus ideales de tolerancia y convivencia en paz, que fueron los que siempre le movieron a aceptar los puestos de mayor dificultad y riesgo. Ese afán sólo fue truncado por su muerte en acto de servicio.

2. Nunca se habría prestado no ya a urdir, sino ni siquiera a permitir cualquier tipo de acción ilegal o inmoral dentro de su ámbito de responsabilidad, y mucho menos cualquier forma de terrorismo de Estado. Conociendo a nuestro padre, es evidente que jamás habría violado tan flagrantemente sus principios y convicciones democráticos.

3. Alguno de nosotros presenció, en numerosas ocasiones, conversaciones entre nuestro padre y otros interlocutores, cuyos nombres no vienen al caso, recordando experiencias de su dilatada carrera diplomática en países en donde se habían tolerado o fomentado diferentes formas de terrorismo de Estado. Nuestro padre -que las calificó siempre de inmorales e ilegales y, sobre todo, de estúpidas- decía, además, que ningún Gobierno que las puso en marcha pudo controlarlas, y que, indefectiblemente, acababan volviéndose en su contra.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Podemos asegurar, y quienes conocieron a nuestro padre indudablemente pueden corroborarlo, que posteriormente, cuando se conocieron los crímenes de los GAL, le repugnaron tanto o más que cualquier otro tipo de terrorismo, ya que ello no hacía más que dar nuevas excusas y justificaciones a los terroristas, alimentando el círculo vicioso de acción-reacción.

Nuestro padre murió en acto de servicio en Beirut (Líbano) el 16 de abril de 1989, defendiendo sus profundas convicciones democráticas y al servicio de España. Ese es nuestro único patrimonio- .

Archivado En