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El imperio olvidado

Una villa romana del siglo II languidece abandonada muy cerca de la hallada en Barajas

Vicente G. Olaya

La aparición de una villa romana en las obras de ampliación del aeropuerto de Barajas ha puesto en guardia a las administraciones central, municipal y autónoma. Todas están dispuestos a salvar, proteger y recuperar los restos de esta edificación levantada entre los siglos I al V. Sin embargo, a menos de quince kilómetros de las obras del aeropuerto, en Valdetorres del Jarama (1.600 habitantes), languidecen los restos de una villa romana del siglo II. Abandonada por las autoridades, rodeada por una valla metálica rota, la que en otros tiempos fue una bella construcción romana ahora es finca de pasto, refugio de conejos y sitio de olvido.Sin embargo, no fue siempre así. En 1977, las obras de construcción de un camino rural a las afueras de Valdetorres dejaron al descubierto los muros de la edificación y una estatua de mármol negro de un tritón. El Ministerio de Cultura, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Museo Arqueológico, las universidades y la entonces Diputación de Madrid enviaron a sus mejores sabios al lugar. Se excavó la finca durante cuatro años. Al aire quedaron los muros de esta villa octogonal, marfiles, bustos, teselas, cofres, estatuillas de un caballo, un sátiro escanciador, trozos de un dios, de una pantera, de un águila...

Eustaquio Martínez, de unos sesenta años, vecino de Valdetorres, recuerda aquellas fechas. "Vino mucha gente de Madrid. Contrataron gente del pueblo para levantar toda la finca. Yo mismo estuve excavando. Encontré algunas piezas metálicas. Todo lo que hallábamos iba a un saco que tenían los arqueólogos. Montaron una caseta metálica para estudiar las piezas, que aún se conserva, durante las excavaciones. Un buen día, esos señores se fueron y se llevaron todo. Aquí sólo se quedaron los muros".

Al principio los guardas de la Diputación prohibían a la gente acercarse al lugar. "Los conejos se metían en la finca porque sabían que allí los cazadores no les podían disparar. Si te pillaban dentro de los terrenos, te denunciaban a la Guardia Civil", relata Martínez.

Pero, poco tiempo después, el interés de las autoridades fue decreciendo. La valla metálica fue forzada y los carteles que anunciaban las excavaciones terminaron arrinconados en la finca. A principios de los ochenta, la Diputación prometió organizar una exposición llamada Madrid en sus orígenes. Se editaron incluso catálogos, pero la muestra nunca se celebró. La Comunidad de Madrid se hizo cargo del yacimiento en 1982. Pasó el tiempo y los carteles se cayeron. Ahora, la Comunidad quiere arreglar la verja y cubrir de tierra el yacimiento. No hay dinero para más, aunque reconoce que "la villa era de las mejores de la región".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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