Un original virtuosismo

Con una nueva actuación de la Filarmónica de Dresde dirigida por su titular Michel Plasson y con el pianista Nelson Freire, la Universidad Complutense cerró brillantemente su primer ciclo de conciertos.En el Concierto en la menor, de Robert Schumann, el brasileño Nelson Freire (Boa Esperanza, Minas Gerais, 1944) penetró en los más íntimos rincones de una música sustancialmente innovadora y temperamentalmente introvertida. Su intermezzo resultó admirable y en los alegros extremos autentificó en pura musicalidad un grande y original virtuosismo. Plasson sintió y tocó con el solista...

Con una nueva actuación de la Filarmónica de Dresde dirigida por su titular Michel Plasson y con el pianista Nelson Freire, la Universidad Complutense cerró brillantemente su primer ciclo de conciertos.En el Concierto en la menor, de Robert Schumann, el brasileño Nelson Freire (Boa Esperanza, Minas Gerais, 1944) penetró en los más íntimos rincones de una música sustancialmente innovadora y temperamentalmente introvertida. Su intermezzo resultó admirable y en los alegros extremos autentificó en pura musicalidad un grande y original virtuosismo. Plasson sintió y tocó con el solista, pero esta obra si no menudea en los ensayos es proclive a ciertos desajustes entre piano y orquesta y no faltaron esta vez. Las ovaciones dedicadas a Freire fueron testimonio de la impresión recibida por la audiencia.

Las merecidas por Michel Plasson alcanzaron su vértice después de una Segunda sinfonía, de Brahms, hondamente sentida y racionalmente proyectada. La expresión de los diversos movimientos se enriqueció gracias a la luminosidad sonora de las cuerdas de la Filarmónica, que frecuentan un mínimo vibrato, algo parecido al de las grandes formaciones praguenses. Fue una versión de divo, pero también de músico riguroso y afectivo.