El Congreso de la FIP aboga por la implicación de los periodistas en la defensa de los derechos humanos

"No somos neutrales, somos luchadores por os derechos humanos". Con esta aseveración, Aidan White, secretario general de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), cerró el dilema -periodista como obervador pasivo de la realidad frente a periodista como parte de los acontecimientos- que ha marcado el Congreso La hora de la Tolerancia, clausurado ayer en Bilbao. Periodistas de 70 países aprobaron la Declaración de Bilbao, un documento de conclusiones que "deplora" la excesiva comercialización de los medios, y "condena" las prácticas e intentos de manipulación de la profesión.

La declaración insta también a los periodistas a sumergirse en el conocimiento de diferentes culturas y creencias para no alentar el racismo y los extremismos políticos. Durante los últimos tres días, periodistas y sindicalistas de la FIP han abordado en Bilbao su responsabilidad frente al incremento de la violencia racial, la intolerancia religiosa y los conflictos bélicos. "Los periodistas deben ser conscientes y cuidadosos del potencial que tienen sus palabras e imágenes en sociedades marcadas por las luchas civiles y la exclusión social", señala el documento final, que incide así en la idea de que la ignorancia y la superficialidad en el periodismo crea peligrosos estereotipos.El manifiesto de la conferencia recomienda a todos los sindicatos reafirmar la independiencia editorial y el derecho de los periodistas a informar libres de presiones internas y externas. "Los periodistas deben promover la solidaridad profesional, altos estandares éticos y el derechos a resolver dilemas éticos de, acuerdo a la conciencia", dice el texto, que recomienda incluír dentro de la capacitación de periodistas la formación contra la discriminación y la intolerancia.

La indiferencia del periodismo ante los conflictos de algunos pueblos y las dificultades de la profesión periodística en países totalitarios caracterizaron la jornada de cierre. "Yo no acepto alegaciones de neutralidad", señaló el Premio Nobel de la Paz José Ramos Horta, de Timor Oriental, quien encabezó el programa del día, junto al Obispo de San Sebastián José María Setién. El Premio Nobel criticó duramente "la indiferencia y la ignorancia que muestra la prensa internacional frente al conflicto de Timor Oriental y de otros pueblos pequenos". "Incluído El PAÍS", señaló Horta después a esta reportera. "Dígame cuántas, páginas ha dedicado su periódico en los 22 años de ocupación militar que sufrimos".

La intervención de Houda Bouchaib, joven periodista del diario argelino El Watan, creó un silencio sepulcral en la sala. Bouchaib relató los riesgos de informar con la doble amenaza de un gobierno totalitario y el terrorismo fundamentalista. "Aunque los riesgos no son comparables", matizó. "El gobierno censura, cierra periódicos y encarcela a periodistas pero los fundamentalistas asesinan brutalmente". Más de 70 periodistas han sido asesinados en el país africano, recordó Bouchab.

Por su parte, Souresh Akhouri, presidente del Sindicato de, Periodistas de India, alertó de otra amenaza contra el periodismo independiente: el monopolio de la información por las seis principales agencias de noticias. "La libertad de prensa significa actualmente la libertad de los que ostentan el poder económico y controlan las ondas, antenas e imprentas", señaló.

El compromiso de la FIP de promover el periodismo ético y la cultura de paz quedó sellado ayer con algunas iniciativas. La federación internacional ofrecerá desde Internet un servicio de Periodismo por la Tolerancia, mediante el asesoramiento a periodistas y la difusión de estrategias sindicales y cláusulas para los contratos colectivos, el empleo, la formación y la diversidad racial y cultural en las salas de redacción.