El violento desalojo del Pleno de Aranjuez acaba con denuncias mutuas ante los tribunales

Todos ante los jueces. El alcalde de Aranjuez, José María Cepeda, del PP, anunció ayer que iba a denunciar ante la fiscalía a los vecinos y concejales de la oposición que seresistieron en la noche del pasado miércoles a la entrada de los agentes antidisturbios en el pleno municipal: El desalojo se saldó con 25 heridos, de ellos seis policías y cuatro concejales, según la Delegación del Gobierno. Por su parte, PSOE e IU y los sindicato; CC OO y UGT interpusieron ayer denuncias en juzgados de Aranjuez y Madrid contra el regidor. Piden que Cepeda sea "inhabilitado de por vida".

Los hechos se produjeron cuando el alcalde intentaba aprobar la privatización del servicio de limpiezas municipal, por el que 50 trabajadores del Ayuntamiento pasan a ser empleados de una contrata privada. En ese momento, unos 200 asistentes (los trabajadores, sus familiares y los representantes sindicales) comenzaron a gritar y a insultar al regidor José María Cepeda intentó calmar los ánimos, pero no pudo. Entonces suspendió el pleno y ordenó a 25 agentes de la Unidad de Intervención Policial que desalojasen el pleno. Una hora después, pasada la medianoche, cuando no quedaba ya nadie en el salón de actos (muchos se encontraban ya en el centro de salud, incluidos cinco concejales), el alcalde cerró las puertas y aprobó la privatización de la recogida de basuras sólo con los votos del PP. El parte de bajas oficial, tras la irrupción de los agentes, recoge 25 contusionados. El más grave fue Juan Carlos Ramírez, secretario de la Federación de Servicios Públicos de UGT, que sufrió un traumatismo craneoencefálico y fue ingresado en el Doce de Octubre. Según la Delegación del Gobierno, tres concejales (dos del PSOE y uno de IU) y seis policías nacionales, además de 16 vecinos, sufrieron también diversas contusiones y hematomas. Nueve de ellos se trasladaron al hospital Doce de Octubre para ser examinados.

Golpe en la cabeza

El concejal socialista Lorenzo Sánchez relató ayer así los hechos. "El alcalde suspendió el pleno porque la gente se puso a gritar. Abandonó el salón, pero los vecinos siguieron dentro. Los asistentes empezaron a ponerse nerviosos, porque se oía que estaban al llegar los antidisturbios de Madrid. Los concejales de la oposición nos fuimos entonces a la puerta de entrada para hablar con los policías sí éstos llegaban. Les dije a los otros concejales que me dejaran hablar a mí, que como portavoz del grupo mayoritario de la oposición y concejal de este Ayuntamiento no me iban a hacer nada". Y continúa: "De repente, apareció un antidisturbíos. Le pregunté que dónde estaba su permiso para entrar en un Ayuntamiento democrático, y me respondió: 'Es éste'. Y desenfundó su porra y me dio un golpe en la cabeza".

Por su parte, el alcalde, José María Cepeda, dio ayer la siguiente versión: "Ordené la entrada de la policía porque una parte de los asistentes estaban reventando el pleno. Lanzaban graves insultos contra el equipo de gobierno. Nos llamaban ladrones, chorizos, sinvergüenzas. Estábamos celebrando una sesión plenaria y ejerciendo un derecho ciudadano. Pero había gente que no pensaba igual y que sólo quería imponer su opinión. Decidí aplazar el pleno durante una hora. La Policía Local y Nacional intentó, por las buenas, desalojar el pleno tres veces, pero fue imposible. Al final tuvieron que emplear la fuerza". Según el alcalde, los agentes fueron recibidos con insultos, lanzamiento de sillas, piedras y barras de hierro "Los sindicatos han manipulado a los trabajadores y han secuestrado la democracia", afirma el regidor.

Cepeda añade que los destrozos producidos en el salón de plenos fueron numerosos, y enumera los siguientes: un equipo de sonido, cuatro ventanas y sus contraventanas, cortinas, mesa: y un bolardo de la calle. "Los alborotadores lo arrancaron de la plaza y lo lanzaron, a través de una ventana, al interior del salón de plenos". El regidor guardaba ayer en su despacho el bolardo arrancado. "Fíjese como pesa. Para haber matado a alguien".

Por su parte, el portavoz de IU, Fernando Cuerva, denunció ayer que el alcalde, tras el desalojo, gastó 28.000 pesetas en la compra de bocadillos y cervezas para los agentes antidisturbios que momentos antes habían desalojado el pleno. "Es vergonzoso que el dinero de este pueblo se gaste en invitar a cervezas a los policías que han machacado a los ciudadanos y a sus representantes sindicales y municipales. Primero nos aporrean y luego les damos de comer y de beber con el dinero de los ciudadanos. ¡Increíble!", indicó.

Agresividad innecesaria

Cepeda reconoció ayer que había ordenado la compra porque "los agentes llevaban mucho tiempo en la calle". El regidor niega que los bocadillos y las cervezas fueran para consumo de sus concejales. IU pidió ayer la dimisión del regidor porque "utilizó a la policía como matones contra concejales y vecinos". En un comunicado indica que "la autoritaria decisión del alcalde y la brutal y desproporcionada actuación policial nos devuelven a los modos del franquismo".Por su parte, la Delegación del Gobierno hizo público ayer un comunicado en el que destacó la "agresividad, tanto física como verbal", de los desalojados en los incidentes del Ayuntamiento de Aranjuez. Este organismo oficial, del que depende la Policía Nacional, "deplora los hechos acaecidos, que no hacen sino confirmar que la violencia y la intolerancia son inútiles tarjetas de presentación para cualquier problema, cuya solución debe encauzarse a través de la tolerancia, del diálogo y el entendimiento".