Una burda parodia
El gran éxito de El día de la bestia (1995) lleva a su perspicaz productor, Andrés Vicente Gómez, a embarcarse en la aventura de la recién estrenada Sólo se muere dos veces. Desgraciadamente, los numerosos hermanos Ibarretxe no tienen nada que ver con el guionista y director Alex de la Iglesia. La única relación que existe entre ambas películas son sus vínculos con la comedia y el cine de terror, pero lo que en una son divertidos hallazgos, en la otra no pasan de ser toscas y deshilvanadas parodias.A partir de una deslavazada mezcolanza de elementos. extraídos de ...
El gran éxito de El día de la bestia (1995) lleva a su perspicaz productor, Andrés Vicente Gómez, a embarcarse en la aventura de la recién estrenada Sólo se muere dos veces. Desgraciadamente, los numerosos hermanos Ibarretxe no tienen nada que ver con el guionista y director Alex de la Iglesia. La única relación que existe entre ambas películas son sus vínculos con la comedia y el cine de terror, pero lo que en una son divertidos hallazgos, en la otra no pasan de ser toscas y deshilvanadas parodias.A partir de una deslavazada mezcolanza de elementos. extraídos de Frankenstein, La bella y la bestia e incluso del más conocido monólogo de La vida es sueño, los múltiples hermanos Ibarretxe escriben, producen, ponen música y dirigen una burda película que pretende ser una divertida historia de seres monstruosos, pero que no es más que una mala y aburrida producción.
Sólo se muere dos veces
Director: Esteban Ibarretxe.Guionistas: José Miguel Ibarretxe, Esteban Ibarretxe. Fotografía: Kiko de la Rica. Música: Santiago Ibarretxe. España, 1996. Intérpretes: Alex Angulo, Rosana Pastor, Juan Inciarte, Santiago Segura, Ángel de Andrés López, Narciso Ibáñez Menta. Estreno en Madrid: Acteón.
Es una lástima que en su caída arrastren tras de sí a actores tan prometedores como Rosana Pastor, Alex Angulo y Santiago Segura, que no saben cómo enfrentarse a sus inexistentes personajes. Mientras su descubrimiento, Juan Inciarte, demuestra ser un actor tan polifacético como desaprovechado.