_
_
_
_
_
Entrevista:

"La Universidad debe reforzar el liderazgo de los rectores"

El lunes 24 de febrero, Francisco Michavila, secretario general del Consejo de Universidades, presentó a la ministra de Educación, Esperanza Aguirre, su dimisión como secretario general del Consejo de Universidades. La causa: meses de inercia ministerial que paralizaba los proyectos emprendidos. Michavila cree que lo que necesita el consejo es dinamismo: "Ahora más que nunca creo en el papel del consejo como algo fundamental para evitar que cada universidad se entienda por su lado con su autonomía y no aborden los temas importantes, como la coordinación de la oferta educativa o la movilidad de los estudiantes".Pregunta. ¿Qué representa el consejo después del traspaso de las universidades a las comunidades autónomas?

Respuesta. Es el único lugar de encuentro y de debate: del sistema universitario. En este momento se están planteando mal las cosas: en el sentido de si habría que partir el consejo en dos y hacer, por un lado, una comisión académica (de rectores) y, por otro, una de coordinación (de consejeros de Educación de las comunidades autónomas y nombrados por el Parlamento). Hay que hacer que una autonomía y su vecina no vayan absolutamente inconexas. Se trata de un sistema global, y en esta línea está la importancia de un debate permanente en el consejo.

P. ¿Qué actuaciones debería acometer en un futuro?

R. Todas las iniciativas y políticas tendentes a la mejora de la calidad del sistema universitario, y, en particular, del rendimiento académico. No se puede dejar de la mano el problema del fracaso escolar o el de la eficiencia de la enseñanza. Con la Ley de Reforma Universitaria (LRU) se han conseguido la democratización y la autonomía universitarias, pero ahora hay que dar paso a una mayor eficiencia de la gestión. Un tema clave es el debate: sobre la educación superior no universitaria; es decir, la formación profesional de tercer nivel. El sistema universitario tiene que seguir creciendo, pero lo tiene que hacer con rigor, no creando universidades de forma mimética, sino con diversificación y contando con las necesidades del entorno en el que se implanten.

P. ¿Cuáles son los proyectos pendientes después de su dimisión?

R. Hay asuntos aprobados por el pleno que están pendientes de una normativa y otros que se están preparando. El consejo ha hecho una propuesta interesante sobre cambios en las pruebas de selectividad. Lo hizo rápidamente para intentar que se pusieran en marcha algunas medidas de cara al próximo curso. Este tema sigue ahí, sobre la mesa, y ha pasado el tiempo. Además, están la reforma del tercer ciclo, algo muy importante porque incide en la formación de los profesores y los investigadores, y la continuación del Plan Nacional de Evaluación de la Calidad de las Universidades, en el que están involucradas prácticamente todas las universidades públicas del sistema y con una respuesta muy favorable. También está pendiente la reforma de los planes de estudio que se aprobó en el pleno de diciembre.

P. ¿Se puede interpretar la lentitud del ministerio como una negativa a llevar a la práctica las decisiones del pleno?

R. No. Pero sí muestra una cierta parálisis, y el consejo debe tener un ritmo. En los próximos meses tiene que empezar a acometer nuevos temas, como, por ejemplo, el papel de los consejos sociales o el sistema de gobierno de las universidades. La LRU ha primado los órganos colegiados: claustros, consejos de departamento, juntas de gobierno... Aquel diseño fue bueno cuando se hizo, porque había que democratizar las universidades y darles autonomía, pero ahora el reto es otro, ,es el de la eficiencia, y para conseguir eficiencia, la Universidad debe reforzar el liderazgo de los rectores.

P. Hay quien afirma que una de las razones de su dimisión es que no quiere enfrentarse a la situación de tensión previsible para el próximo pleno, al que los rectores irán en plan batallador por la cuestión de la nueva universidad de Elche.

R. Nadie que conozca mi trayectoria puede discutir que siempre he funcionado con coraje. Y me parece que no seguir en el cargo porque creo que no se va por el camino correcto es un gesto de coraje. Me siento apoyado por el sistema universitario, y en particular por los rectores. Que los rectores tomen cualquier iniciativa en el próximo pleno no me dañaría. Ese tema no se plantea como enfrentamiento conmigo ni con mis ideas, ni con la secretaría del consejo.

P. Más qué como un enfrentamiento, como una situación en la que se vería obligado a tomar partido...

R. Me siento claramente vinculado al mundo de los rectores de universidad. He sido rector de la Jaume I de Castellón y tengo un recuerdo entrañable. En absoluto me asusta. Por parte del consejo, el procedimiento para la creación de la Universidad de Elche fue impecable. El problema es de ámbito universitario en la Comunidad Valenciana.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_