¡Socorro, llega el año 2000!

Prepárense. No les quedan más que 1.095 días. Mil noventa y cinco días de tranquilidad antes de la gran feria milenarista, el show planetario, el apocalipsis mediático. No pueden hacer nada en contra. Pronto, el mundo entero estará aquejado de un gigantesco prurito conmemorativo. No escaparán a las retrospectivas inspiradas, a los balances definitivos, a las predicciones desenfrenadas, a la jactancia fin de siglo. La irreprimible verborrea sumergirá todo a su paso ( ... ). En ninguna parte estarán seguros. Por todos sitios se alzarán monumentos a la gloria de la nueva era. ( ... )He aqu...

Prepárense. No les quedan más que 1.095 días. Mil noventa y cinco días de tranquilidad antes de la gran feria milenarista, el show planetario, el apocalipsis mediático. No pueden hacer nada en contra. Pronto, el mundo entero estará aquejado de un gigantesco prurito conmemorativo. No escaparán a las retrospectivas inspiradas, a los balances definitivos, a las predicciones desenfrenadas, a la jactancia fin de siglo. La irreprimible verborrea sumergirá todo a su paso ( ... ). En ninguna parte estarán seguros. Por todos sitios se alzarán monumentos a la gloria de la nueva era. ( ... )He aquí la única catástrofe natural que ningún futurólogo había imaginado para el año 2000. Una sobredosis de márketing, de merchandising ( ... ). En todos los países, ejércitos de creativos sobreexcitados cavilan desde hace mucho tiempo para hacer fabricar en serie las baratijas del tercer milenio. En el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial se han registrado ya 1.287 marcas especial bimilenario. ( ... ) Los ingleses; por ejemplo, han erigido la celebración del millennium al rango de gran causa nacional. Los italianos preparan un enorme guateque para los 2000 años de Cristo. Los alemanes esperan 40 millones de visitantes en Hannover para la Exposición Universal. ( ... ) Ciertamente, no es el paraíso, ni tampoco el infierno. Es el año 2000. , 29 de diciembre