La fórmula tai-chi

Vecinos de Hortaleza practican la técnica china para mejorar su salud

Llevan camisetas azules en las que se lee "Tai-chi. Poesía en movimiento". Ayer se meneaban suavemente con el acompañamiento de ritmos chinos ante la atenta mirada de un público ya mayor, al que se le escapaban cuchicheos a discreción: inevitable hacer algún comentario al ver a la amiga o a la vecina mostrar sus progresos en un arte marcial que combina la meditación, el conocimiento interior y la destreza física. Más aún si la amiga en cuestión tiene entre 65 a 75 años, la edad de las 40 personas que ayer ofrecieron una exhibición de las lecciones de tai-chi a las que acuden durante todo el añ...

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Llevan camisetas azules en las que se lee "Tai-chi. Poesía en movimiento". Ayer se meneaban suavemente con el acompañamiento de ritmos chinos ante la atenta mirada de un público ya mayor, al que se le escapaban cuchicheos a discreción: inevitable hacer algún comentario al ver a la amiga o a la vecina mostrar sus progresos en un arte marcial que combina la meditación, el conocimiento interior y la destreza física. Más aún si la amiga en cuestión tiene entre 65 a 75 años, la edad de las 40 personas que ayer ofrecieron una exhibición de las lecciones de tai-chi a las que acuden durante todo el año. Era un acto más de los que se celebran en el barrio de Hortaleza con motivo de la Semana de mayores.Los cuchicheos del patio de butacas dieron paso a bocas abiertas y ojos como platos con el último ejercicio: todos balanceaban el tronco y los brazos lenta y coordinadamente. Resurrección comenzó las clases porque estaba decaída y le dolía el cuerpo. Dice que ahora está muy relajada y casi no tiene dolores. Teresa, porque se casó su hija y se quedó muy sola. Ahora se nota con más memoria . en sus clases de teatro y se controla mejor a la hora de dar "una mala contestación". Muchos llevan ya cuatro años con esta práctica y a todos se les deshacía la boca hablando de sus virtudes y propiedades. Unas virtudes, además, muy conocidas en este popular barrio, porque a los 150 mayores que lo practican hay que sumar otros 100 en lista de espera.

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