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Desdichas simultáneas

Francisco Aguilar, camarero de 46 años, también atraviesa una situación difícil. El juez le ha advertido que debe desalojar la casa que habita en la avenida de Buenos Aires, junto a su esposa y dos hijos de nueve y 16 años.En pocos meses, las desdichas se han cebado con él: ha perdido su empleo de camarero y el dueño de la vivienda que habita desde 1973, un emigrante jubilado, se la reclama para vivir él. Desde que recibió el telegrama del juzgado, no ha cesado de patearse Madrid y hojear el Segunda Mano en busca dé trabajo y- una vivienda asequible. Le ha quedado un subsidio por desempleo de 70.000 pesetas. Pero, con ese dinero, lo que busca no existe. "No encuentras nada medianamente digno por menos de 60.000 pesetas". Pero eso no es todo: "Luego te piden dos meses de fianza y una nómina. ¿De. dónde puedo sacar ese dinero y la nómina si estoy parado?

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"'No quiero robar ningún un banco, solo pido un techo"

"Ley de la selva"

Cerca de 20 familias madrileñas, con 20 dramas detrás, pierden su hogar todos los días porque no pueden pagarlo. Son los escalofriantes datos facilitados hace unos meses por fuentes de la plaza de Castilla.

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Aunque no es su misión, en el decanato de los juzgados de Madrid existe un servicio de ayuda para las familias más necesitadas que pierden su hogar. Se les pone en contacto con el Ivima y Cáritas y, en la medida de sus posibilidades, se les ayuda a encontrar otra vivienda. "No somos ogros", dice un responsable de este servicio. "Estamos en un Estado de derecho y la ley hay que cumplirla; si no, esto sería la selva", señalan.

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