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AUTOMOVILISMO: GRAN PREMIO DE ITALIA

Monza vibra con el triunfo de Schumacher

Ferrari gana en su feudo y Hill pierde la primera ocasión de proclamarse campeón

"Jamás he visto algo así. ¡Es una locura, es fantástico!". El alemán Michael Schumacher, todavía empapado por el sudor y el champaña, vivió ayer la celebración más entusiasta en su larga lista de 22 triunfos. No se trataba de una victoria esencial, ni mucho menos. De hecho, el bicampeón mundial no está en condiciones de repetir su título. Pero para los miles de aficionados italianos que llenaron el circuito de Monza se trató de la culminación de un sueño y el final de una mala racha: Ferrari, la emblemática escudería del cavallino, no ganaba en casa desde 1988, con Gerhard Berger. Hasta el francés Jean Alesi (Benetton), pese a ser un rival, dijo haberse emocionado por estar en el podio junto a Schumacher en un momento tan excepcional, con la pista invadida por miles de aficionados exultantes. Alesi, después de una salida excepcional, fue segundo por delante del finlandés Mika Hakkinen (McLaren Mercedes).El marco del desenlace oscureció un tanto lo esencial de la trama de una carrera en la que el británico Damon Hill (Williams Renault) tenía la oportunidad de proclamarse campeón mundial sin necesidad de esperar a los dos grandes premios que restan. Pero Hill, cuando lideraba la prueba en la sexta vuelta, chocó contra los neumáticos alineados en la chicane y abandonó. Su compañero de escudería, Jacques Villeneuve, dispuso entonces de una inmejorable oportunidad para darle una mayor emoción a la lucha por el título, pero tuvo que parar tres veces en boxes y acabó en un séptimo puesto que no le permitió sumar un solo punto.

Schumacher, que ganó su tercer Gran Premio y el segundo consecutivo de la temporada, fue de menos a más. En la salida cedió tres puestos y pasó a ser sexto. Luego ganó posiciones y después del abandono de Hill se situó tras Alesi, que efectuó una salida excepcional que le permitió pasar del sexto al primer lugar. "Fue una salida mágica. Después de la mala suerte que había tenido en los entrenamientos, verme en primera posición fue fantástico", afirmó el piloto francés, que estuvo en cabeza durante 24 vueltas. Después fue ampliamente rebasado por Schumacher, que, cuando llevaba 10 segundos de ventaja, tuvo la suerte de que su Ferrari siguiera en condiciones después de haber topado con los neumáticos del lado izquierdo de la primera vuelta, los mismos que le costaron el abandono al otro piloto de Ferrari, el irlandés Eddie Irvine.

"No he pilotado al límite", aseguró Schumacher, "el coche ha respondido a la perfección, ha frenado donde debía hacerlo y los neumáticos han resistido sin problemas". Es una prueba de la recuperación de la fiabilidad de los Ferrari, que durante buena parte de la temporada evidenciaron numerosos fallos.

Hakkinen se ganó a pulso el tercer puesto después de haber quedado relegado al 17º a causa de un choque contra los neumáticos de la Variante de la Roggia. Después de una temporada decepcionante, los Jordan del británico Martin Brundle y del brasileño Rubens Barrichello efectuaron una notable carrera y terminaron en el cuarto y en el quinto puesto.

Hill, con 13 puntos de ventaja sobre Villeneuve, tendrá suficiente para rubricar el título con quedar por delante del canadiense en el próximo Gran Premio, que se disputará el 22 de septiembre en Portugal. Aún faltará una última prueba, la del 13 de octubre en Japón.

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